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Signos

La mágica dignidad del flamenco

La cineasta francesa Dominique Abel presenta en Sevilla el documental 'Polígono Sur'

"El flamenco es la música más importante de Europa". Las palabras de Dominique Abel resumieron ayer una historia de amor entre esta cineasta francesa y un mundo que le fascina por su vitalidad y poesía. Abel presentó ayer su película Polígono Sur en el Centro Cultural El Monte, en Sevilla. El filme se preestrenó a última hora de la tarde en el Teatro de la Maestranza. Distintas autoridades acudieron a ver la película. Pero, sin duda, fue la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, la que protagonizó el momento más duro. Del Castillo llegó media hora tarde y fue recibida con protestas, gritos y silbidos. Centenares de personas del público corearon el "No a la guerra". Incluso una pancarta en caló recogía el mensaje antibélico.

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Polígono Sur es un documental que recorre el barrio sevillano de Las Tres Mil Viviendas para trazar los rasgos de una geografía que pasa de la magia al drama en un salto abrupto. El arte y el talento se mezclan con los problemas que acarrea la droga y la marginación en un carrusel al que salva la esperanza. Los artistas y las gentes del barrio consideran el flamenco un talismán para que los niños no caigan en los sombríos callejones sin salida de los que muchos adultos jamás volvieron.

Polígono Sur toma como hilo conductor el homenaje a Pepe el Quemao en un multitudinario concierto celebrado en Las Tres Mil Viviendas. A partir de ese cañamazo distintos personajes del barrio cantan, bailan, hablan de sus problemas, recuerdan el pasado, hacen votos por un futuro limpio de lacras... Con el lema "Déjate de paranoias y vente a Las Tres Mil" se invita a toda Sevilla a disfrutar de un concierto con la mejor de las músicas en un barrio que mucha gente evita. Rafael Amador, Juana la del Revuelo, El Varilla, Ramón Quilate, Bobote, Emilio Caracafé y otros artistas regalan su talento. También los más jóvenes hacen sus pinitos ante la mirada cariñosa de los mayores.

La directora de la película estuvo acompañada en la presentación por el productor Antonio P. Pérez y los artistas Ramón Quilate, Emilio Caracafé y Luis Fernández de los Santos. Quilate señaló que la película había contribuido a triturar equívocos sobre el barrio. "Miembros del equipo de rodaje que nunca habían estado en Las Tres Mil decían que estaban confundidos con el barrio, que no era lo que creían. Hemos terminado el rodaje y siguen viniendo al barrio a tomar unas cervecitas, a ver a la gente. Como en todos lados, en Las Tres Mil hay personas de todas las calañas: buenas y malas", explicó Quilate.

La película se intrinca por los distintos ámbitos del barrio. Lo privado y lo público se entrelazan en una madeja en la que la alegría y el arte no pueden ocultar la lacra de la droga. Cuando los viejos gitanos recuerdan sus años mozos no logran evitar un guiño de nostalgia. Su mundo de pobreza y jolgorio se vio trastocado por la llegada de la droga. Las gitanas entradas en años desgranan sus desvelos por sus hijos, sus ires y venires ante el silencio de las instituciones, el dinero agotado en tratamientos de desintoxicación, la ruina económica que socava una vida de trabajo...

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Frente a todo ello se erige el arma del arte. "A mí lo que me llamó la atención en el barrio es la vitalidad. Las ganas de aprender que hay. Estoy profundamente satisfecha de que los artistas se hayan entregado con tal belleza, con tal verdad. Ha sido para mí el mayor regalo", comentó Dominique Abel. "Me siento profundamente cercana a esa vitalidad", resumió la cineasta francesa. Y es que su pasión le entró como un torbellino tras escuchar un disco de Camarón. Un espectáculo de Antonio Gades y la voz del mítico cantaor hicieron que lo abandonara todo para irse a Madrid.

El Polígono Sur concentra más de 40.000 habitantes, con mayoría de etnia gitana. Llegaron hace años a unas viviendas de protección oficial procedentes de distintos barrios -sobre todo de Triana- ante la voracidad de la especulación inmobiliaria. La marginación es una jungla amenazante en un barrio que, sin embargo, produce artistas flamencos como por un sortilegio. Por ello, sus habitantes quieren que el arte sea un camino para combatir esa mala fama que tanto daño les hace.

"Queremos quitar a los niños de la calle y darles educación a través de la vía musical", explicó Ramón Quilate. Emilio Caracafé abogó por que la "cultura flamenca no se quede atascada para que los niños puedan crear". "Queremos estudiar, instruir a los niños, sacarlos de la calle. Los niños no pueden estar dale que te pego en la calle porque es un círculo vicioso", agregó Quilate. Y cuando llegan a una cierta edad se encuentran con la llamada de la droga.

Pero ahí está el flamenco y películas como Polígono Sur para exorcizar estas amenazas. El flamenco origina esos "momentos mágicos" que recordó Dominique Abel. Y hace surgir el "milagro" que, en palabras de la cineasta, convierte a Las Tres Mil Viviendas en un barrio donde florece la dignidad.

"Complejo, laborioso y largo"

P olígono Sur, que lleva como subtítulo El arte de Las Tres Mil, ha sido producida por Maestranza Films, Produce + e Ideale Audience. La Consejería de Cultura, Canal + y Canal Sur TV han puesto también su grano de arena en una película que ha obtenido una mención especial en el Festival de Berlín de este año.

Antonio P. Pérez, su productor, considera que el proyecto ha sido "complejo, laborioso y largo". Al final, la película ha costado casi un millón de euros. El rodaje duró cinco semanas durante el otoño de 2001. La posproducción ha requerido más de año y medio.

Su mención especial en el Festival de Berlín puede ser un pasaporte para difundir por el mundo el flamenco. El jurado de la Confederación Internacional de Cines de Arte y Ensayo le concedió esta distinción por "la brillante mirada de la directora y por la rica y grandiosa cultura del pueblo gitano, una cultura a menudo incomprendida y olvidada". Polígono Sur también quedó finalista entre las películas que competían por el Premio del Público.

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