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La izquierda advierte a Mas que no podrá ser candidato sin aclarar el escándalo de los sondeos

El PP mantiene la presión sobre el Ejecutivo y ve "inevitable" una comisión de investigación Duran expresa su "apoyo político" al 'conseller en cap'

Los partidos de izquierdas subrayaron ayer la responsabilidad del conseller en cap, Artur Mas, en la manipulación de sondeos oficiales e incluso pusieron en entredicho su candidatura a la presidencia de la Generalitat si antes no ofrece explicaciones convincentes. No fueron los únicos que exigieron más explicaciones: el PP mantiene la presión y su presidente regional, Josep Piqué, ve "inevitable" una comisión de investigación si Convergència i Unió (CiU) no mueve ficha. Mas guardó silencio, pero el Gobierno difundió un comunicado en el que desmiente "nuevos errores en el barómetro de la acción del Gobierno de 2000", el primero que él presentó y que se envió al Parlament a partir de un cuestionario falso.

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Comunicado oficial del Gobierno de CiU

Desde el pasado 1 de febrero, el goteo de encuestas oficiales manipuladas, ocultadas, mutiladas o inventadas ha sido constante: se han rebajado, ocultado e incluso inventado las evaluaciones de determinados líderes políticos, resultados incómodos para el Ejecutivo -como en la polémica de Les Gavarres (Alt Empordà)-, se han extirpado del material remitido al registro público, y encuestas enteras -como la que mostraba el rechazo al campo de golf de Torrebonica- se han ocultado durante tres años. Además, el Ejecutivo ha pagado un estudio electoral pensado para beneficiar a Convergència Democràtica (CDC) -en detrimento de sus socios de Unió- y este partido difundió a la prensa un sondeo electoral que ninguna empresa admite haber realizado. En todos los casos, los "errores" han beneficiado a Mas o al Gobierno de CiU.

"¿Cómo puede aspirar a ser presidente de la Generalitat una persona que ha organizado una operación de falsedad y mentira en beneficio propio?", se preguntó ayer el portavoz de los socialistas catalanes, Miquel Iceta. El dirigente del Partit dels Socialistes (PSC) emplazó a CiU a replantearse la candidatura de las próximas autonómicas si Mas no se explica y el Ejecutivo no asume más responsabilidades, como le exigió esta semana el Parlament.

El portavoz de Esquerra Republicana (ERC), Joan Ridao, señaló que el escándalo "afecta directamente a la candidatura de Mas" y le sugirió que destituya a su mano derecha, David Madí, de quien dependían los barómetros oficiales, que el Ejecutivo ha dejado de encargar tras estallar el escándalo: "Insistimos en que dimita el tonto e inútil, al que todo el mundo identifica como máximo responsable, que es David Madí", opinó Ridao, en referencia a las palabras pronunciadas por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en la Cámara, según el cual si alguien tuviera que dimitir sería por "tonto o inútil".

"Ofensa"

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También el presidente de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Joan Saura, consideró que Mas no puede presentarse a las elecciones sin aclarar antes lo sucedido. "Sería una ofensa para los ciudadanos que fuera el candidato", aseguró el líder ecosocialista, quien emplazó a CiU a "retirarle la confianza".

El primer sondeo oficial presentado por Mas, en agosto de 2000, se difundió con varias irregularidades: se ocultaron las notas del propio Mas, de Josep Antoni Duran y de Josep Piqué -los tres líderes del centroderecha que aspiraban a hacerse con la herencia política de Jordi Pujol-. En cambio, se facilitaron evaluaciones de Josep Lluís Carod (ERC), de Rafael Ribó (ICV) y de Alberto Fernández Díaz (PP), por quienes el cuestionario elaborado por la empresa Line Staff no preguntaba (véase EL PAÍS de ayer). "Tiene narices que se inventen una encuesta y encima suspendan", afirmó jocoso Fernández Díaz, a quien el sondeo concedió sólo el 4,73. Carod, a quien se presentó empatado con Pasqual Maragall, no quiso pronunciarse y Ribó lo consideró "una nueva prueba de la imaginación calenturienta del equipo Mas-Madí".El presidente regional del PP, Josep Piqué, se expresó ayer con la misma contundencia de los últimos días, si no más. Piqué explicó que ha trasladado personalmente al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, el malestar de su partido por las pocas explicaciones ofrecidas ante las manipulaciones, que consideró "muy graves". También le ha expresado la decisión firme de este partido de apoyar una comisión de investigación parlamentaria si el Ejecutivo no aclara lo sucedido.

"No hacemos el juego a nadie; sólo queremos que se sepa la verdad y quién es el responsable", afirmó tras una reunión de los dirigentes del partido. Piqué, quien subrayó que no ha hablado nunca con Mas sobre el asunto, advirtió a CiU que el eventual apoyo del PP a una comisión de investigación no será frenado por la dirección nacional: "Que tengan muy claro que es un asunto que lo decidirá el PP de Cataluña", afirmó.

Silencio de Mas

Mas, que la víspera había vuelto a dar el caso por cerrado exculpando a Madí, y Pujol declinaron ayer dar su opinión sobre la encuesta manipulada de julio de 2000. Tampoco David Madí ha querido dar su versión, pese a que el viernes este periódico le planteó varias preguntas por fax, como había requerido.

El portavoz del Ejecutivo, Felip Puig, se mantuvo dentro del guión de la última semana durante su visita a Blanes (Selva), informa Lluís Pellicer. "Todo lo que se tenía que hacer ya lo hemos hecho; en las próximas semanas habrá nuevas reformas para impulsar organismos autónomos que hagan las encuestas", aseguró Puig, quien reiteró que la oposición trata de "erosionar" al Ejecutivo con esta polémica.

El líder de Unió, Josep Antoni Duran -él mismo perjudicado en varias ocasiones por los sondeos de la Generalitat-, expresó su "apoyo político" a Mas, aunque admitió que la posición del Partido Popular de reclamar una comisión de investigación es "legítima".

Un desmentido capcioso

El Gobierno catalán emitió ayer por la tarde un comunicado en el que "desmiente nuevos errores en el barómetro de la acción del Gobierno de 2000", y reitera los argumentos ya expresados la víspera por fax a este periódico (véase la nota íntegra adjunta del comunicado oficial).

La nota oficial lleva por título El Gobierno desmiente nuevos errores en el barómetro de la acción del gobierno de 2000, y "constata" que las evaluaciones sobre Carod, Ribó y Fernández Díaz "coinciden con las que figuran en el informe público que se difundió a través de la oficina del portavoz". El Gobierno dice haber consultado el material depositado en la Dirección General de Evaluación y Estudios -liquidada por Mas tras el escándalo y que desaparecerá el día 18-, en el Institut d'Estadística y en el Parlament. En los tres lugares hay la misma información, que coincide con la difundida por Mas.

Pero esta no es la cuestión. Las manipulaciones del Gobierno catalán (véase EL PAÍS de ayer) ponen al descubierto que el cuestionario original, al que ha tenido acceso este diario y que fue cotejado con la empresa que lo elaboró -Line Staff-, no incluye preguntas para evaluar a Carod, Ribó ni Fernández Díaz, y en cambio el Gobierno inventó notas para los tres y ocultó las de Piqué, Duran y Mas.

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