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España se separa de la norma de los países mediterráneos

La decisión del Gobierno de José María Aznar de que los postres lácteos puedan venderse como yogures, siempre que se les añada la coletilla pasteurizado después de la fermentación, aleja la norma española de la que rige en los países mediterráneos y la equipara a la de los países del noroeste de Europa. Leche Pascual es el principal productor de yogur pasteurizado, que a través del calor suprime los fermentos vivos para que el producto se conserve durante mucho tiempo sin necesidad del frigorífico.

De origen asiático, el yogur llegó a Europa a través de Turquia y Bulgaria. Los países mediterráneos, que en Europa fueron los primeros consumidores del producto, mantienen que sólo se puede llamar yogur al producto fresco. Ésta es la norma que rige en Francia, Italia, Portugal y Grecia y también en Suiza y Bélgica, explica Joaquín Fernández, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Yogur y Postres Lácteos Frescos.

Por el contrario, la tradición de países del noroeste de Europa como Reino Unido y Holanda y otros como Estados Unidos es que el yogur no fresco pueda usar el nombre génerico siempre que incluya el adjetivo de pasteurizado. Fernández dice que el caso de Alemania es especial, ya que el producto se vende como "producto lácteo hecho con yogur".

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