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ESTRENOS

Eduardo Noriega da el salto al cine francés con el drama 'Novo'

Jean-Pierre Limosin dirige la película, en la que actúa Anna Mouglalis

Elisa Silió

Graham no puede enamorarse de Irène y ella sufre. Sus encuentros son apasionados, pero a los diez minutos él no recuerda nada. Todo porque sufre MCP, memoria a corto plazo. Pero ella no desiste e intenta construir una historia de amor. El actor español Eduardo Noriega y la francesa Anna Mouglalis, nueva imagen de Chanel, forman la pareja protagonista de Novo, un drama de Jean-Pierre Limosin que se estrena hoy.

Limosin se propuso no pensar en otros largometrajes que trataran la amnesia, aunque corrió al cine cuando se estrenó Memento, de Christopher Nolan. "Graham se ve restringido temporalmente por su memoria a corto plazo y vive esta etapa como una nueva experiencia", apunta el realizador. "Y en Memento el protagonista está preocupado por recuperar su identidad y por revivir el momento en el que perdió la memoria a largo plazo". El director, cuya madre sufre Alzheimer y no le reconoce, asegura que no ha querido contar sus propias vivencias. "Graham tiene que enfrentarse a acontecimientos inesperados y vive su vida de ficción como un artista. Creo que nosotros también deberíamos vivir nuestra vida como artistas".

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Limosin quería actores francófonos en la película: "En mi anterior filme todos los actores eran extranjeros y me debía a mí mismo, a mi lengua materna, entender todo lo que pasaba a mi alrededor". Pero no encontraba a ningún intérprete francés que se ajustara al físico que necesitaba. "Hacía falta un chico ágil, no muy musculoso y con gracia en sus movimientos corporales", afirmó el director en la presentación en Madrid de Novo. Hasta que se decantó por Noriega, al que había visto en Tesis y Plata quemada, frente al argentino Leonardo Sbaraglia.

Noriega se mostró entusiasmado con el proyecto, pero temió no poder improvisar porque no hablaba francés. "Mientras rodaba Guerreros tuve un profesor que me enseñaba francés, leí mucho, vi películas... y al final el empape fue total y fui capaz hasta de improvisar alguna frase del texto". Aunque el actor, que acudió a la entrega de los premios César, se aprendió el guión fonéticamente, ante la prensa se le vio chapurrear francés. "En tres meses de trabajo, sólo tuvimos 30 segundos de disputa y fue por culpa de una mala traducción", cuenta Limosin.

"A Anna la elegí porque me impresionó su voz en Gracias por el chocolate, de Claude Chabrol", explica el cineasta. Mougalis, por su parte, se mostró crítica con Limosin. "La forma de trabajar de Jean-Pierre no es comunicativa y Eduardo y yo tuvimos que trabajar mucho juntos aparte". "Es verdad que mi método perturba un poco", se excusó el director. "Además, Anna estaba habituada a Chabrol, que es muy parlanchín".

Paz Vega, que tiene un pequeño papel, fue contratada casi por casualidad. "Como Eduardo encarna a un emigrante español en Francia, Alta Producción organizó en España un casting de actrices españolas que hablaran francés para interpretar a su mujer. Pero pasó por la oficina Paz y fue como una bola de energía", cuenta Limosin. "Me acerqué a ella, aunque no era la idea física que tenía en la cabeza". La sevillana, que apenas pasó un mes en París, no guarda un grato recuerdo: "Me terminé negando a hablar francés, pero incluso así ha colado y me han ofrecido alguna película más allí", comentó entre risas.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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