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ARCO 2003

El escultor Sobrino reclama 600.000 euros al BBVA por el derribo de una obra

El escultor Francisco Sobrino reclama 600.000 euros al BBVA en concepto de indemnización por el daño moral ocasionado por la destrucción en 2001 del interior y fachada de la sede principal de la entidad bancaria en Guadalajara, situada en la plaza de Santo Domingo y de cuyo diseño fue autor. Sobrino solicitó inicialmente la restitución completa de su obra, pero el banco no accedió. El juicio se celebrará el próximo día 20.

Sobrino, de 70 años, recibió en 1979 el encargo del entonces Banco Exterior de España de elaborar "el diseño ambiental y tratamiento plástico" de la sucursal de la citada entidad en Guadalajara. Según consta en el catálogo de obras de arte del Banco Exterior, se trataba de una "obra de origen escultórico y de configuración arquitectónica que viene a crear un espacio de dinámica cinética a partir de un sistema de interrelaciones que realiza en colaboración con los arquitectos Tomás Nieto e Ismael de Felipe".

El local en el que se construyó la "banca cinética" tuvo varios propietarios hasta que en 1992 el local se inscribió a nombre del Banco Bilbao Vizcaya. La obra, independientemente del propietario, se mantuvo hasta 2001 como fue concebida por Sobrino, como una oficina bancaria abierta al público. Pero en ese año la fachada y el interior fueron demolidos y la oficina fue completamente remodelada.

Un portavoz del BBVA ha precisado que el encargo del Banco Exterior se realizó únicamente a los arquitectos Tomás Nieto e Ismael de Felipe, sin que fuera extensivo a Francisco Sobrino, "ni se conozca la intervención personal que haya podido tener en la realización del proyecto".

Además, el Ayuntamiento de Guadalajara, al conceder la licencia de las obras de adaptación de la oficina, exigía que la alineación de la nueva oficina se ajustase a la oficial, lo que no ocurría en el proyecto anterior.

Maqueta original

Alega también el banco que el inmueble en cuestión nunca ha estado incluido en catálogo de interés arquitectónico alguno y que la Ley de Propiedad Intelectual protege los proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas, pero que la entidad no ha tenido maqueta original alguna de la citada oficina. Por todo ello, el BBVA sostiene que "ostentaba la libre disponibilidad sobre su oficina en Guadalajara".

Sobrino intentó que el banco repusiera la obra a su estado original, pero al no conseguirlo solicitó que ésta fuera construida en otro lugar. El banco también rechazó esa petición, por lo que el letrado Luis Segui, en representación del escultor, demandó al BBVA reclamando una indemnización por daños morales de 600.000 euros. El caso correspondió al Juzgado de Primera Instancia número 2 de Guadalajara.

El pasado 12 de diciembre tuvo lugar una audiencia de conciliación, en la que ambas partes se ratificaron en sus respectivas posturas y concluyó sin avenencia.

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