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Manu Chao en Cuenca o cómo llegar a un concierto por casualidad

El cantante de 'Clandestino' ofrece por sorpresa un recital de cuatro horas

A pesar de los millones de copias de sus álbumes vendidas, Manu Chao sigue siendo clandestino y sus conciertos sorpresa se ofrecen por casualidad. Para asistir al que ha ofrecido este fin de semana en Cuenca uno había de enterarse de casualidad. Ni un cartel, ni una nota de prensa, ni un comentario en la radio.

Pero crecientes rumores en la ciudad que alberga varios de los mejores museos de arte contemporáneo de España indicaban que el sábado, 1 de febrero, se celebraría un concierto del autor de Clandestino. Una llamada de teléfono pidiendo entradas al guardia de seguridad de la Fundación Antonio Pérez -merece la pena el viaje- que escuchan dos visitantes. Casualidad. Un libro, en el mostrador de la Fundación, abierto al azar en el que en una foto se ve a dos amigos: Antonio Pérez y Ramón Chao (antes famoso pianista y conocido periodista que ha pasado a ser ahora el padre de Manu Chao).

Casualidad. Va a ser verdad y hay un concierto, por supuesto, clandestino. De la sala, Babylón, Telefónica no tiene constancia. Un funcionario de la oficina de turismo asegura que el concierto no está en la prensa ni en el calendario de actividades de Cuenca para el mes. Vamos mal: no hay concierto ni por casualidad. Un grupo de jóvenes en un restaurante: "No hay entradas... ni para los de aquí...". Todo agotado. Retirada. Un bonito paseo museístico por Cuenca sin música. Lástima, pero hubiera sido mucha casualidad.

Una furgoneta blanca va delante por el casco viejo... ¿Tanta casualidad? Los tambores llevan pegatinas de Radio Bemba. No se lo crean, pero lo juro, Manu Chao en la furgoneta, como por casualidad. Persecución por Cuenca. Asalto a Manu Chao (muy amable): "La sala es muy pequeña. Lo siento mucho, no hay entradas". Ni de casualidad. Visita a la sala Babylón: "Las entradas para los conciertos del 1 y 2 de febrero están agotadas".

Ni un cartel, ni una seña. El dueño de la sala también lo siente. El concierto va a empezar. No hay reventa. Habrá que irse... Antonio Pérez (sí, casualidad, el de la Fundación) va a entrar, observa a los que esperan sin entrada y se acerca: "¿Necesitáis entradas? Tengo una". Una pena, somos más de uno. No puede ser tanta casualidad. Para sorpresa de los fans sin entrada, Antonio entra en la sala y consigue más de una. ¿Casualidad?

Manu arranca puntual con Welcome to Tijuana y la gente, 200 personas, salta de placer y ya no para durante las más de tres horas de concierto. "Cuenca, sube". Manu da cancha a sus músicos y mucha a su amigo Fermín Muguruza (ex líder de Negu Gorriak). El ritmo, como siempre, frenético. Todo parece una canción. Manu hace poesía en sus letras. Son como carteles. Mensajes cortos, secos, como golpes. El bajo lo hace excelente y además pincha bien, con batería, percusionista y el teclista que hace pinitos con la batería, rellenan los ratos (pocos) en los que los demás descansan.

Manu arranca con la segunda parte del concierto con guitarra semiacústica y el guitarra, que siempre sonríe, demuestra lo que sabe hacer igual de bien con una española. Nadie echa en falta los vientos y el bajista hace unos coros geniales. La verdad es que el bajista es una máquina que llena la actuación. Guiños a los voluntarios: Nunca Máis. Saludo fascista al dar la hora en Guasintón. Manu no puede contenerse y aompaña a sus músicos añadiendo el bombo del micrófono golpeando su pecho. Otra vez los golpes de los mensajes de las letras, esta vez con su corazón. Muguruza vuelve a entrar y está espléndido. Los seguidores de Manu hacen coros en euskera, inglés, francés. No importa. Lo importante es divertirse. Ahora ya no es casualidad. Es un gran concierto y en la buena música las casualidades no existen. Otro descanso y de nuevo la banda arrasa. Temas de Mano Negra, de los anteriores discos, mezclas con canciones de Muguruza. Nadie para de saltar. Cuenca sube y el concierto acaba. Manu y sus músicos han sido tan generosos que nadie se atreve a pedir un bis. Hay que tener suerte para haber estado esa noche en Cuenca, aunque sea por casualidad.

Manu Chao.
Manu Chao.JOAN SÁNCHEZ
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