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BALONMANO | Campeonato del Mundo

El técnico español reconoce errores en algunos cambios

El día comenzó para la selección española de balonmano con un mensaje de ilusión y esperanza. César Argilés lo dejó escrito en la hoja de trabajo que cada día se colgaba cerca del ascensor en la planta del hotel donde estaba alojado el equipo. "Sueños, apuestas, compromiso. Hagamos real la entrada en la historia. Hoy se abren para nosotros sus páginas, chicos. Adelante con confianza, con mucha confianza. Disfrutad de este día". Sin embargo, la jornada concluyó con una gran decepción y con el seleccionador español reconociendo que se equivocó en algunos momentos en la elección de los jugadores que debían estar en el campo.

"No preveíamos que el partido diera el giro que al final dio", señaló Argilés. "Los jugadores han creído que lo que hicieron de forma tan brillante en la primera parte, seguiría igual en la segunda. Y no fue así. En algunos momentos no hemos tenido la lucidez de colocar en la pista a los jugadores más adecuados". Implícitamente, el seleccionador reconoció de esta forma, aunque él nunca quiso dar nombres, que tal vez tardó demasiado en dar entrada a Masip en el ataque español.

"Cuando el partido se nos ha complicado y los croatas se nos han acercado peligrosamente, nos han cosido a faltas de ataque, y la elección de los lanzamientos no ha sido la más adecuada. Nos ha faltado verticalidad y el balón no ha llegado con fluidez a los extremos. La reacción de Masip, como gran capitán, buscando los espacios para lanzar nos ha indicado el camino. Pero ya no teníamos confianza en defensa".

El equipo encajó la derrota como un auténtico palo. "Pasamos cinco minutos muy jodidos, tras la conclusión del encuentro", señaló el capitán. "Fue un palo, porque creo que somos mejores que ellos y que, además, lo hemos demostrado la mayor parte del partido. Podríamos estar en la final. Pero hoy deberemos luchar por la medalla de bronce, ante un equipo que es el campeón del mundo. Será muy difícil. Pero ahora no vale la pena llorar".

La mayoría de los jugadores se marcharon rápidamente de la pista hacia los vestuarios donde se vivieron escenas de desesperación y con lágrimas. Talant Duishebáev analizó la derrota de esta forma: "En los momentos clave perdimos la cabeza. De 20-15 a favor, les permitimos levantar el partido y colocarse con 20-22. Estuvimos 10 minutos sin marcar. Y todo se fue al traste. Estamos todos muy decepcionados, pero debemos levantar de nuevo la moral para conseguir jugar un buen partido contra Francia y poder colgarnos la medalla de bronce. Creo que lo meremos".

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