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El editor y el quiosquero

Tomàs Delclós

La dimisión de Case se suma al goteo de defunciones que ha habido entre los promotores de los grandes conglomerados. Su nombre se añade al de Jean Marie Messier (Vivendi) y Thomas Middelhoff (Bertelsmann), todos ellos empeñados en construir una enorme empresa que abarcara desde los contenidos a su distribución. El gran reto de la fusión era administrar dos culturas empresariales distintas, la del editor (Time Warner) que crea contenidos y la del quiosquero (AOL) que los distribuye. ¿Cómo iba la nueva empresa a administrar su primera página en Internet? AOL la ofrecía a quien pagaba, y Time Warner en función de la jerarquía que su redacción daba a las noticias. También había problemas en la gestión de la parte de Time dedicada a la distribución, como el cable, sometida a la vigilancia de la administración para evitar maniobras monopolistas.

Desde el principio hubo voces críticas con la fórmula de la fusión, que daba a AOL el protagonismo. Era la empresa pionera en Internet -con 18 años de antigüedad- la que adquiría a la centenaria Time Warner. Ted Turner, el fundador de CNN y propietario del 4% de las acciones de la corporación, era uno de los enemigos más visibles de Case. El gran problema de Case es que las sinergias que debía generar la fusión han sido menores que el arrastre negativo que la empresa de Internet -como casi todas, desde 2001- ha ejercido sobre su hermana Time Warner.

Una de las acusaciones más insistentes a la que debía hacer frente era su tendencia a los discursos prospectivos a cinco y diez años vista -donde todo era maravilloso- y su escasa dedicación a los apurados resultados del próximo cuatrimestre. En cualquier caso, no le han dejado presidir este halagüeño futuro que dibujaba.

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