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La batalla política | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

El PP intentó sumarse a Nunca Máis cuando ya sabía que se había fundado en la sede del BNG

Xosé Hermida

El Gobierno y el Partido Popular han emprendido una ofensiva para desacreditar el movimiento Nunca Máis presentando como una novedad sus vinculaciones originales al Bloque Nacionalista Galego e insinuando que la plataforma escondió sus objetivos políticos para recaudar fondos. El portavoz parlamentario del PP gallego, Jaime Pita, incluso ha sugerido que la Cámara autonómica investigue las cuentas de Nunca Máis, que apenas suman 90.000 euros. Pero lo que el PP presenta ahora como una revelación era un hecho conocido desde el primer momento: la plataforma se constituyó y se presentó públicamente en la sede del BNG. Pese a ello, el PP intentó sumarse a Nunca Máis a condición de que diluyese su contenido político retirando la exigencia de dimisiones.

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"Se confirma lo que algunos pensábamos y no podíamos probar", afirmó el pasado viernes, al término del Consejo de Ministros, el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, a propósito de las vinculaciones entre Nunca Máis y el BNG. Los esfuerzos del Ejecutivo por sacar a la luz la supuesta trama que maneja el movimiento se habían traducido en los días anteriores en una sucesión de filtraciones a la prensa con supuestas novedades como la pertenencia de la página web de Nunca Máis al dominio en Internet del BNG.

Lo que se presentaba como una conexión secreta era un hecho público desde el pasado 21 de noviembre, cuando la plataforma Nunca Máis se constituyó en la sede central del BNG, en Santiago. Los nacionalistas habían realizado un llamamiento a todas las entidades políticas y ciudadanas para que organizasen un movimiento de protesta contra la actuación de las autoridades durante la crisis del Prestige. Algunos colectivos sociales y cofradías de pescadores acudieron a esa reunión fundacional y se adhirieron de inmediato, mientras que los sindicatos UGT y CC OO, y el PSOE, prefirieron no sumarse porque recelaban de que la iniciativa partiese del BNG.

Una vez que la plataforma puso en marcha la primera gran manifestación, convocada en Santiago el 1 de diciembre, todas las fuerzas políticas y sindicales terminaron por respaldarla. El propio PP intentó adherirse, sin importarle quién había apadrinado la idea. Dos días antes de la manifestación, el secretario general del PP gallego, Jesús Palmou, llamó al coordinador de la Ejecutiva del Bloque, Anxo Quintana, y al escritor Manuel Rivas, que iba a leer la declaración final, para comunicarles que los populares estaban dispuestos a sumarse si se retiraba la exigencia de dimisiones. Sus interlocutores se negaron alegando que para ello tendrían que modificar el manifiesto fundacional de Nunca Máis, donde se reclamaban responsabilidades políticas al Gobierno.

Esa manifestación reunió a 150.000 personas, catalizó el sentimiento de indignación popular y desbordó las dimensiones originales del movimiento. Los artistas que habían formado su propia plataforma, Burla Negra, asumieron el protagonismo y empezaron a sugerir ideas sobre futuras movilizaciones.

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El 11 de diciembre, otras 200.000 personas desfilaron por las calles de las principales ciudades gallegas. Cuatro días después, Rajoy admitía en una entrevista en Faro de Vigo que entre los que se manifestaban había votantes del PP. Los dos últimos actos multitudinarios de Nunca Máis, el "velatorio del mar" que reunió a casi 10.000 personas, el 28 de diciembre, en la playa de A Coruña, y una manifestación festiva, el día de Reyes, en la que participaron 50.000 vigueses, fueron enteramente concebidos por artistas y profesionales sin vinculación partidista. Y no hubo protagonismo de dirigentes políticos.

La plataforma no ha promovido ninguna colecta para los afectados por la marea negra, y ha criticado esa clase de iniciativas por considerarlas "de beneficencia".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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