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Reportaje:

China guarda silencio en la crisis de Corea

Pekín permanece en un discreto segundo plano en la crisis entre Pyongyang, su principal aliado, y Washington

Durante la visita que a principios del pasado diciembre realizó a China el presidente de Rusia, Vladímir Putin, un vecino común fue el protagonista de las conversaciones. El dirigente ruso y su homólogo chino, Jiang Zemin, firmaron una declaración conjunta en la que urgieron a Corea del Norte a que abandone su programa de desarrollo de armamento atómico y normalice las relaciones con Estados Unidos. "Las dos partes consideran importante para el destino del mundo y la seguridad en el noreste de Asia preservar el carácter no nuclear de la península coreana y el régimen de no proliferación de armas de destrucción masiva", rezaba el documento.

La declaración salía al paso del anuncio por parte de Pyongyang en octubre de que ha mantenido activo el plan de desarrollo atómico, en contra de lo pactado en 1994 con Estados Unidos a cambio de recibir suministros energéticos. Pocos días después, el régimen estalinista de Kim Jong-il ponía en marcha la central de Yongbion, paralizada según dicho pacto, expulsaba a los inspectores de la ONU y alarmaba al mundo con la posibilidad de que esté produciendo plutonio para fabricar bombas.

"La mejor forma de resolver el problema es la vía diplomática", mantiene China

Desde entonces, los labios de Pekín han permanecido sellados sobre la decisión norcoreana, salvo para susurrar un mensaje: "La mejor forma de resolver el problema es la vía diplomática". Esta aseveración no ha bastado a Washington. El Gobierno de George W. Bush hubiera preferido una actitud más visible por parte china, en lugar de la discreción de que ha hecho gala desde que comenzó la escalada del conflicto. Y se ha quejado.

Pero Pekín ha continuado la política del silencio. A diferencia de otros países de la zona -Corea del Sur y Japón-, no ha participado en las reuniones que tuvieron lugar a principios de esta semana en Washington, tras las cuales Estados Unidos se declaró dispuesto a negociar con Pyongyang aunque no paralizara previamente el programa nuclear, aunque sí ha recibido a algunos enviados de los países más afectados, como al viceministro de Asuntos Exteriores surcoreano, Lee Tae-sik.

Si ha movido pieza, no lo ha hecho bajo los focos. Sólo ha vuelto a repetir, ayer por boca de su ministro de Asuntos Exteriores, Tang Jiaxuan: "La mejor forma de resolver el problema es la vía diplomática". Los portavoces del Ministerio se han negado repetidas veces a explicar si China está ejerciendo alguna presión en el Norte para lograr una "península libre de armas nucleares" y "una salida dialogada", como piden. Pekín mantiene una profunda relación histórica con Corea del Norte. Kim Il-sung, padre del actual líder norcoreano, pasó una buena parte de su juventud en China y fue miembro de su partido comunista. Se estima que en la guerra de Corea murieron un millón de chinos en apoyo del lado comunista contra el Sur y EE UU. Su influencia sobre el país tiene el mismo peso. Es su principal aliado y proveedor de ayuda. Le suministra alrededor de 220.000 toneladas de grano al año, cubre buena parte de sus necesidades energéticas y es su principal socio comercial.En China viven exiliados alrededor de 100.000 norcoreanos, que han salido huyendo del hambre y la represión. Algunos activistas multiplican esta cifra por tres.

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Un conflicto nuclear tendría consecuencias imprevisibles para China. Pero hacer peticiones directas a Pyongyang "no es el estilo de Pekín", ha asegurado Chu Shulong, director del Instituto de Estudios Estratégicos de la Universidad pequinesa de Qinghua, en la capital china. El problema para Pekín es equilibrar sus lazos con Pyongyang con su deseo manifestado de ocupar cada vez una posición más relevante en la escena internacional. "La solución tiene que ser diplomática", dice un observador político chino, "aunque no es fácil tratar con Corea del Norte". "Es un país pequeño y los países pequeños a veces se muestran difíciles por el hecho de serlo. Pero Corea del Norte no puede seguir aislada, con su gente sumida en la pobreza", agrega.

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