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ESTA SEMANA
Columna
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Cuestiones técnicas

Qué oferta de diálogo cabe, según la última propuesta de la presidenta del PP, Teófila Martínez, cuando el mismo delegado del Gobierno en Andalucía, Juan Ignacio Zoido, afirma que por cuestiones técnicas es imposible llegar a acuerdos con Andalucía. Sólo hay que limitarse a esperar, por tanto, a lo que los tribunales de Madrid decidan en relación a los conflictos de financiación que se mantienen abiertos.Zoido, con sus declaraciones, ha venido a rodear de patetismo la absurda iniciativa de la alcaldesa de Cádiz que, una vez más, sorprende a todos planteando a la Junta la vía del diálogo, precisamente, horas después de que hubieran fracasado estrepitosamente las negociaciones que hasta entonces se mantenían abiertas entre la Junta y el Gobierno. De dónde habrá salido este delegado del Gobierno. Hay ya quien en el PP y en sus círculos próximos echa de menos a su antecesor en el cargo, José Torres Hurtado, metido ahora en la pelea por la alcaldía de Granada y lejos, por tanto, de los corrillos de la intriga sevillana.

De modo que la contestación a la dirigente popular que esta semana tendrán que efectuarle los socialistas parece que ya esta hecha de antemano. Lo de Martínez puede que obedezca, más bien, a otro brindis al sol, aunque no hay que desconfiar tanto, máxime si se tiene en cuenta que el ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, se había comprometido a trabajar hasta la "extenuación" con tal de conseguir el tan anhelado acuerdo. No, si al final va a tener razón el portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz, José Caballos, quien, con cierta ironía y escepticismo, llegó a advertir de que "como todo el mundo sabe en Andalucía, Arenas siempre cumple su palabra".

Por tanto, portazo a las aspiraciones andaluzas para cerrar el contencioso de la financiación así como, también, el relativo al traspaso de las competencias de las Políticas Activas de Empleo. A partir de aquí ya podría considerarse que Chaves está cargado de suficientes razones como para cerrar el paréntesis que particularmente había abierto en sus relaciones con el Gobierno central. Una especie de tregua que no ha tenido el fruto deseado. No hay más cera que la arde y ahora sólo es cuestión de conocer cuáles serán los derroteros por los que afianzará su discurso y que no deberán escapar, desde luego, del de la confrontación, lenguaje al que al parecer quieren condenar a Andalucía, olvidando que, a fin de cuentas, se ha convertido este recurso en una poderosa arma con la que algo se ha podido conseguir hasta ahora.

Y por si hubiera dudas en torno a la actitud de ese Ejecutivo con respecto a nuestra comunidad ahí está, igualmente, el "fiasco" de las negociaciones con los sindicatos UGT y CC OO. No habrá restitución del subsidio agrario tal y como lo demandaban. ¡Qúe fuera de sí quedan, tras esta ruptura, las manifestaciones del secretario general de CC OO, José María Fidalgo, quien se mostraba plenamente convencido de la buena voluntad del ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, para encontrar una vía que contentase a todos!

Ante esta situación, lejos ya de las posiciones marcadas por las buenas palabras y cierta candidez, estamos en las mismas. No hay más margen que la movilización con unas organizaciones sindicales que están dispuestas, incluso, a constituirse como elementos decisorios en las próximas elecciones municipales, haciendo campaña abiertamente en contra de los populares. Si el problema sigue vivo para entonces, el PP puede comenzar a preocuparse más de lo normal ya que se va a convertir en un serio obstáculo para consolidar su crecimiento en las zonas rurales de Andalucía.

Eso sí, de Despeñaperros para arriba, lo que nos llegará será una decisión de la OTAN que vuelve a poner en evidencia la importancia geoestratégica de esta tierra, o lo que es lo mismo, la servidumbre militar que soporta Andalucía sin contraprestación alguna. La Base Naval de Rota, el Centro de Control Marítimo de Tarifa, así como aviones y helicópteros se pondrán a disposición de la Alianza para reforzar la protección del tráfico mercante en aguas del estrecho de Gibraltar. Un amplio dispositivo militar cuyo despliegue se aprobará en Bruselas este miércoles en el Consejo Atlántico concentrando, de esta forma, buena parte de la fuerza naval del Mediterráneo frente a nuestras costas y las de Marruecos.

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