Salamanca cosmopolita
Sociólogo, profesor y viajero. De 56 años, está a punto de publicar El poder gris. Una nueva forma de entender la vejez (Mondadori).
Supongo que viajar entra dentro de esa nueva forma de ser.
Por supuesto. Se trata de no jubilarse nunca, y eso incluye, por ejemplo, no dejar nunca de viajar, de conocer.
Usted es más bien de turismo interior, ¿no?
No soy nacionalista en lo político, pero sí en lo viajero. Digamos que soy perezoso para viajar.
¿Cuál es su destino favorito en el mundo?
Boletín
Salamanca. Es un sitio en el que se mezcla todo: ambiente, piedras, bares, copas. Es una de las ciudades más cosmopolitas de España.
¿Qué piedras destacaría de la ciudad?
La plaza Mayor. Es como un claustro vuelto del revés. Me gusta muchísimo pasear y observar. Soy muy cotilla de los vicios de la gente, y ese lugar es todo un filón.
¿Y para ir al extranjero?
Florencia o París, me temo que soy muy convencional.No se crea, todo el mundo cita Nueva York.
Nueva York es demasiado joven para mí. Es una ciudad que sólo tiene novedades. Prefiero sitios en los que se pueda encontrar el genio del lugar. París y Florencia tienen no sólo lo nuevo, sino siglos de historia, y eso las hace fascinantes.
¿Qué es lo que más le atrae de hacer turismo?
Por supuesto, la historia, pero soy hedonista. También los bares y restaurantes.
