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El senador Thurmond se retira con 100 años tras medio siglo en el Capitolio

Strom Thurmond se ha convertido en uno de los pocos ciudadanos de EE UU que ha presenciado en vida casi la mitad de la historia de su país. Senador en el Capitolio durante 48 años, Thurmond celebró ayer su centenario antes de marcharse de Washington a su retiro en Carolina del Sur, el Estado que se enamoró de los principios racistas que propulsaron su carrera política.

Su biografía es tan longeva que Thurmond parece no haber sido nunca joven. Era juez de distrito cuando dejó su tribunal para combatir como voluntario en la II Guerra Mundial y participar en el desembarco de Normandía. Ya tenía entonces 41 años cumplidos.

Cuando regresó de Europa, dejó los tribunales para volcarse en la política. Llegó a gobernador de Carolina del Sur y compitió con más empeño que lucimiento en unas elecciones presidenciales, aunque de todo eso hace también más de medio siglo.

Thurmond era profundamente racista. Tan vehemente llegó a ser su defensa de la segregación que entre las marcas que ha batido figura también la del discurso más extenso de la historia del Capitolio: en 1957, habló durante 24 horas y 18 minutos en contra de una ley que pretendía ampliar los derechos civiles al margen del color de la piel. Años después, llegó a pelear en el suelo con otro senador para evitar una votación similar.

Después cambió. Nunca pidió disculpas por haber sido un extremista intolerante, pero pareció dispuesto a aceptar su error por la vía de los hechos: a mediados de los setenta, se convirtió en uno de los primeros congresistas sureños que incorporó abogados negros a su equipo de asistentes y que apoyó a candidatos negros en vacantes para jueces federales.

Thurmond nació cuando Theodore Roosevelt ejercía su primer mandato presidencial. La primera vez que fue elegido senador, Dwight Eisenhower estaba en la Casa Blanca. Tanto han cambiado los tiempos que empezó su carrera como político demócrata -como todos en su Estado- y la acaba como adalid republicano. Anoche se iba a celebrar el cumpleaños de Thurmond, que vive en un hospital y se mueve en silla de ruedas. Todos los que son algo o alguien en la capital tenían confirmada su asistencia.

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