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ELECCIONES EN AUSTRIA

Schüssel debe buscar ahora un socio para poder gobernar

Javier Moreno

Hay un ganador. Rotundo, además. Pero lo que no está claro de ninguna manera es quién gobernará Austria en los próximos años, más allá de que el canciller será Wolfgang Schüssel, del conservador ÖVP. Pese a su triunfo histórico de anoche, Schüssel, con 79 diputados en un Parlamento de 183, no dispone de mayoría y deberá negociar una coalición. Y aquí comienzan los problemas.

Sus socios hasta ahora, los ultranacionalistas del FPÖ de Jörg Haider, se presentan como la primera opción, convenientemente debilitados tras hundirse en las urnas. Schüssel intentará negociar de nuevo, desde una posición de fuerza, la coalición conservadores-ultras que le llevó por primera vez al poder hace tres años, según todos los observadores. Haider todavía dispone de 19 diputados, suficientes para llevar de nuevo a Schüssel a la cancillería. Pero el ambiente entre ambas formaciones está tan envenenado tras la crisis de gobierno que el éxito no está asegurado. Es más, las salidas de tono de Haider juegan en contra de una renovación de la alianza.

Anoche, en su primera aparición tras conocer los resultados, Schüssel no quiso descartar nada. "Vamos a negociar con todos los partidos la formación de una coalición estable", dijo. "Queremos ver cómo sacar adelante nuestras reformas y estudiar con quién podemos hacerlo mejor". Fue un guiño claro a una gran coalición con los socialdemócratas, la salida de seguridad que se guarda en caso de que los ultras se muestren más asilvestrados de lo que pueden pretender por sus resultados electorales. Pero tampoco esta salida parecía fácil.

Un gran pacto

El partido socialdemócrata sostiene que conservadores y ultras han ganado las elecciones, y que deben formar Gobierno. "Siempre lo he dicho, y más con estos resultados", dijo Alfred Gusenbauer, el candidato del SPÖ, "que si la coalición de ÖVP y FPÖ tiene mayoría, debe formar gobierno; creo que ése es el mandato claro que los electores han enviado hoy; de cualquier forma, mantendré conversaciones con el ÖVP". Un pacto entre verdes y conservadores parece descartado.

Gusenbauer ha sostenido durante toda la campaña que no está dispuesto a convertirse en vicecanciller en una gran coalición de socialdemócratas y conservadores bajo el mando de Schüssel. Pero gran parte de la cúpula del partido no opina igual, y podría forzar la dimisión de Gusenbauer al frente del partido para pactar con Schüssel y volver a la fórmula que ha gobernado Austria durante décadas. Numerosos observadores temen que, de resucitar esta gran coalición, Haider vuelva a sacar partido y recupere el protagonismo que las urnas le arrebataron anoche.

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