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La red de blanqueo de dinero de la tabaquera R. J. Reynolds colaboró con el 'capo' Oubiña

Bruselas cree que la empresa vendió mercancía tras ser imputado como narcotraficante

La tabacalera estadounidense R. J. Reynolds ha tejido durante la última década una compleja y extensa red criminal que utiliza para el blanqueo de las cuantiosas sumas de dinero generadas por el contrabando, con distribuidores e intermediarios repartidos por todo el mundo y vinculados directamente con las principales redes mafiosas y criminales mundiales, como la gallega, y concretamente cita al capo Laureano Oubiña. Bruselas cree que Reynolds siguió vendiendo tabaco a Oubiña, pese a que éste ya se encontraba imputado por delitos de narcotráfico.

La Unión Europea presentó el pasado jueves una denuncia en un tribunal de EE UU contra la multinacional tabaquera R. J. Reynolds en la que explica que la mafia gallega ha participado activamente durante los noventa en la red de contrabando y de blanqueo de Reynolds. Se mencionan incluso las conexiones con el cartel colombiano de la droga y se explica que durante buena parte del tiempo, Laureano Oubiña ha utilizado el contrabando de tabaco para blanquear los ingresos generados por el tráfico de cocaína en España. Detalles que, según los abogados europeos, Reynolds debería conocer. Ello supone que Reynolds siguió vendiendo tabaco a Oubiña después de haberse iniciado acciones legales contra él.

Las 149 páginas de las que consta la denuncia europea se publicaron el jueves en Internet, en la web del Tribunal del Distrito Este de Nueva York. La acusación contra Reynolds es muy severa: 'Durante más de una década ha dirigido, gestionado y controlado las operaciones de blanqueo de dinero, ha facilitado el crimen organizado lavando los ingresos del tráfico de drogas y otros crímenes, vendieron sus productos a organizaciones criminales, pactaron pagos en secreto y lavaron lo ingresos en EE UU o en paraísos fiscales aprovechando el secreto bancario y han elegido hacer negocio con Irak, violando las sanciones impuestas por EE UU con transacciones que financian a Irak y a grupos terroristas'.

Bancos y mafias

La mafia italiana, las organizaciones criminales rusas, el cartel colombiano de la droga, el grupo terrorista kurdo PKK o los traficantes de tabaco gallegos aparecen como principales actores en una trama que según el documento ha sido orquestada por los propios ejecutivos de la tabaquera estadounidense con conocimiento de causa.

Hasta tal punto el sistema es complejo que entre los filtros utilizados para el lavado del dinero negro aparecen entidades financieras como el Banco de Nueva York, Citibank o el Chase Manhattan Bank.

La Comisión Europea asegura en la causa abierta ante la justicia estadounidense que la tabaquera Reynolds recibía 'millones de dólares mensuales' de las mafias a través de esos tres bancos. El Banco de Nueva York, por ejemplo, es una de las entidades financieras que utiliza la mafia rusa para legalizar el dinero que obtiene a través de las actividades criminales desde finales de los años noventa. El Sinex Bank es una de las piezas clave que explica en parte cómo se utilizaba el banco neoyorquino.

El Sinex está registrado en una isla del Pacífico que se llama Nauru. Esta entidad fue creada en 1996 por la mafia rusa con el propósito de blanquear el dinero generado por el crimen organizado y con una sucursal en Queens (Nueva York). Los pagos a Reynolds se hacían efectivos con transferencias en varias fases. Primero se dirigían hacia un banco ruso conocido como DKB que a su vez tenía una cuenta abierta como corresponsal en el Banco de Nueva York en Queens. El dinero se transfería en una última fase hacia una cuenta del Credit Suisse en Ginebra, en la que Reynolds aparece como beneficiaria.

La otra opción para blanquear el dinero efectivo eran los Bonos Brady, un instrumento financiero creado por EE UU con el FMI y el Banco Mundial para reestructurar la deuda de países como Venezuela.

La ruta del contrabando incluye a Irak. De gran parte de ese tabaco vendido ilícitamente en Irak se beneficiaba el grupo terrorista kurdo PKK a través de un impuesto que imponía para que los contenedores pudieran circular por su territorio. Y suponían ingresos para el dictador Saddam Hussein y su familia. Su hijo Uday obtenía 'beneficios personales' del contrabando, según los abogados.

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