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La policía interroga a los chechenos que viven en Moscú

Las autoridades han lanzado en Moscú una persecución ilegal contra los chechenos residentes en la capital con el fin de intimidarlos y encontrar cabezas de turco para justificar la incapacidad de la policía para prevenir la toma de rehenes durante el espectáculo del musical Nord-Ost. Así lo denunció ayer el abogado Abdulá Jamzáyev. Este letrado checheno representa en un pólemico proceso los intereses de la familia de la joven asesinada y vejada por el coronel Yuri Budánov. 'Esta mañana me despertó mi nieto y me dijo: 'Levántate, ha llegado la policía y exigen que les abras'. El policía del barrio venía acompañado por un agente de civil', relató Jamzáyev a este diario durante una conversación telefónica.

¿Cuándo llegó a Moscú?, ¿con qué fin?, ¿cuántos años vive en el apartamento?, ¿quién más vive en él?, ¿quién viene a verlo?, ¿quién se ha mudado?, ¿qué medios de transporte tiene? A estas y otras preguntas había que contestar por escrito, en unos formularios especiales que trajeron. 'Me estaban interrogando como si ya hubiesen abierto una causa criminal contra mí. Pero no tenían derecho a exigir, ni a mí ni a ninguna persona, que haga declaraciones que puedan ser utilizadas contra mí o mis familiares. Lo dice claramente el artículo 51 de la Constitución y este principio también está recogido en el convenio europeo para la protección de derechos humanos'. Jamzáyev, que llegó a ser ayudante del fiscal general de la Unión Soviética y abogado del ex vicepresidente de la URSS, estaba fuera de sí.

Ante sus protestas, los policías le explicaron que todas las comisarías de Moscú habían recibido una orden escrita para realizar esa especie de registro-interrogatorio a los chechenos y los daguestanos que viven en la capital. Su esposa vio a agentes saliendo de los domicilios de otros chechenos.

Proyectiles de bala

'Generalmente, estas irrupciones de la policía terminan con la gente en el piso, boca abajo, esposados. ¡Cuántas veces les ponen dos o tres proyectiles de bala o un paquetito con drogas en el bolsillo. Claro, conmigo no lo hicieron, pero eso porque soy una persona conocida, de prestigio', dice Jamzáyev. Teme que estos sucios métodos se utilizaran en alguna de las detenciones realizadas ayer.

Jamzáyev, que, junto con su pueblo, sufrió la deportación estaliniana a las estepas de Kazajistán en 1944, se siente 'humillado y ofendido'. 'Estas nuevas acciones son una auténtica provocación y las emprenden para meternos en la cárcel. Lo que quieren es meter entre rejas cuantos más chechenos, mejor', exclamó.

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El peligro de una histeria antichechena y, en general, anticaucásica, es real. Ya se produjeron en 1994, al empezar la primera guerra chechena, y en 1999. Pero ahora hay esperanzas de que no vuelvan a repetirse, gracias al comportamiento de una serie de personalidades chechenas que intentaron mediar estos días en el teatro con los secuestradores.

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