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Los propietarios de los bonos se quedan con el 88% de Jazztel y dejan vía libre a la fusión con Uni2

Ramón Muñoz

Jazztel cambió ayer de manos. Los propietarios de los bonos de alto interés (y, por ello, de alto riesgo) con los que se financió en sus comienzos la empresa presidida por Martín Varsavsky aceptaron ayer el canje de sus derechos por acciones de la compañía, de la que pasarán a controlar el 88% del capital, una vez que se completen los trámites administrativos y judiciales.

Tras la decisión adoptada ayer en una asamblea celebrada en Londres, los actuales accionistas -el 80% en Bolsa y el restante 20% en manos de Varsavsky- conservarán sólo el 12% del capital, del que el presidente retendrá un 2%. El acuerdo fue saludado ayer con una subida en Bolsa del 9,09%.

La decisión de los bonistas no sólo supone un vuelco en el capital de la operadora, sino que abre las puertas a la esperada fusión con Uni2, filial de France Télécom en España, con la que Jazztel inició negociaciones en noviembre del pasado año, pero que ambas partes decidieron interrumpir hasta que se solventara el problema de la deuda.

De hecho, una vez que se complete la operación a mediados de noviembre, mediante una ampliación de capital de 458 millones de nuevas acciones para canjear 668 millones de deuda, se reactivarán las negociaciones con el grupo francés, informaron en fuentes de la negociación.

Sin embargo, en esa mesa de negociación se sentarán no sólo los actuales gestores de la compañía, sino los representantes de los fondos de inversión y nuevos propietarios de la compañía, que tomarán la mayoría de los puestos del consejo de administración en una reunión extraordinaria prevista para comienzos del próximo mes.

Jazztel completa así un proceso de reestructuración de deuda que han sufrido muchos de los operadores de telecomunicaciones nacidos bajo la euforia de la liberalización y a los que la burbuja tecnológica ha dejado en manos de sus acreedores.

Hace más de cuatro años, Varsavsky, al no encontrar recursos para poner en marcha un novedoso proyecto de telecomunicaciones de banda ancha, tuvo que recurrir a un grupo de fondos de inversión a los que convenció para que suscribieran bonos con una elevada remuneración. Pero el pago de esos intereses y el incumplimiento de las perspectivas de negocio hundió las finanzas de Jazztel.

Martín Varsavsky, único de los directivos que no se deshizo de sus acciones, propuso como solución canjear acciones de la empresa a cambio del rescate de esos bonos. Los propietarios de esos títulos tenían pocas alternativas, ya que si no aceptaban el canje abocaban a la empresa a la suspensión de pagos.

Según el acuerdo, los bonos, con un valor nominal de 668 millones de euros, se canjearán por acciones ordinarias y por bonos convertibles en títulos de nueva emisión por un importe de 75 millones de euros.

Dichos bonos vencerán en el año 2012 y devengarán un interés del 12% anual, que será abonado por la compañía en efectivo o en especie, mediante la emisión de nuevos bonos que representarán el 17,5% del capital después de la reestructuración.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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