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Tribuna:COYUNTURA INTERNACIONAL
Tribuna
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Los bancos brasileños y sus vecinos

La vecindad de Brasil con Argentina y la profunda crisis atravesada por esta última han llevado a que en los análisis que se están haciendo sobre las incertidumbres que rodean a la economía brasileña se haya recurrido con frecuencia a la comparación con la situación argentina. Uno de los aspectos donde se encuentran algunas diferencias es el sector bancario. En primer lugar, la importancia de la banca extranjera local en el sistema financiero brasileño es inferior a la del argentino. Así, frente al 30% de los activos que gestiona la banca extranjera en Brasil, las entidades no residentes ostentaban en torno a la mitad de los activos del sistema argentino a finales de 2001.

En segundo lugar, la exposición de los bancos brasileños al sector público resulta más elevada que en el caso argentino. Según los organismos supervisores correspondientes, los títulos públicos y los préstamos al sector público representan en torno al 30% del balance de las instituciones financieras brasileñas frente al 20% de las argentinas. De esta forma, el riesgo soberano se convierte en una variable particularmente relevante para los primeros.

Más riesgo soberano, menos bancos extranjeros y menor dolarización distinguen las entidades bancarias brasileñas de las argentinas

En tercer lugar, la exposición de los principales sistemas bancarios desarrollados a estas dos economías (entendida como la financiación que conceden los bancos extranjeros localmente y desde sus países de origen) ha aumentado significativamente a partir de la segunda mitad de los años noventa. El principal acreedor bancario de ambos países es Estados Unidos seguido de España. Sin embargo, la composición de estos flujos bancarios presenta importantes diferencias.

En Brasil tiene una mayor relevancia la financiación concedida localmente en moneda local por los bancos extranjeros (que representa en torno al 50% del total de la financiación bancaria externa en este país frente al 25% que suponía en Argentina a finales de 2001). Esta discrepancia, explicada por la baja dolarización del sistema financiero brasileño, hace que la depreciación cambiaria tenga un impacto directo para el sector bancario menos perjudicial por dos motivos. Primero, estas exposiciones están financiadas en moneda local, lo que reduce el riesgo de tipo de cambio en balance que se asume cuando la financiación es concedida por un banco establecido en otro país. Segundo, reduce el riesgo de que se generen desajustes patrimoniales en las economías domésticas y en las empresas endeudadas en moneda extranjera que deterioren la calidad de la cartera. En suma, la banca brasileña presenta una menor presencia de la banca extranjera, el impacto directo de la evolución del tipo de cambio es inferior y está más expuesta al riesgo soberano que la argentina.

Carmen Hernansanz es economista-jefe de Banca, Sistema Financiero y Nueva Economía del Servicio de Estudios de BBVA.

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