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DÉCIMO CONGRESO DEL PARTIDO POPULAR DE CATALUÑA

Piqué opta por una ejecutiva continuista para satisfacer al equipo de Alberto Fernández

El diputado autonómico Daniel Sirera será el nuevo responsable de organización

La primera ejecutiva de Josep Piqué se parece muchísimo a la última de Alberto Fernández Díaz. Los dirigentes con responsabilidades son prácticamente los mismos que han estado al frente del partido en los últimos años, con pequeños retoques: el más significativo es que el portavoz adjunto en el Parlament, Daniel Sirera, asumirá la vicesecretaría general de organización. Entre las incorporaciones a la ejecutiva destacan, aunque sin ninguna responsabilidad específica, las de la delegada del Gobierno, Julia García-Valdecasas; el escritor Luis Racionero, y el ex presidente de la SEPI Pedro Farreras.

Si el décimo congreso del PP de Cataluña es tan histórico como insisten sus máximos dirigentes, no será precisamente por su ejecutiva, que es muy similar a la saliente. Las caras nuevas son casi anecdóticas y los dirigentes que han sido promocionados ya desempeñaban un papel relevante dentro del partido antes del cónclave. En los últimos años, la ejecutiva del PP catalán ha sido un órgano muy poco operativo, en el que apenas se han desarrollado debates políticos, y una prueba de ello es que desde el anterior congreso, en septiembre de 2000, Josep Piqué sólo ha participado en dos reuniones.

Rafael Luna, que ha sido durante seis años mano derecha de Alberto Fernández Díaz, sigue como secretario general, y Piqué ha apostado también por la continuidad en las vicesecretarías: mantiene a Alicia Sánchez Camacho como portavoz; su hombre de confianza, Francesc Vendrell, asume la de acción política, y Sirera, la de organización.

Además, el ministro ha promovido a dos dirigentes jóvenes que ya desempeñaban un trabajo importante dentro del partido: el diputado en el Congreso Jordi de Juan será nombrado vicesecretario de política sectorial y la diputada autonómica Maria Àngels Esteller -dirigente de la máxima confianza de Alberto Fernández-, de estudios y programas. El único vicesecretario general que ha visto rebajado el rango es Xavier Garcia-Albiol, nombrado no obstante responsable de política local y comarcal.

Las incorporaciones en la ejecutiva -de la que sigue formando parte Alberto Fernández- son escasas, pero el equipo del ministro las considera significativas del proceso de 'renovación por adición' que está convencido que se ha emprendido. Así, se recupera a dirigentes que habían desempeñado un cierto papel en la época de Aleix Vidal-Quadras, como el ex diputado Isidre Bonet, el ex eurodiputado Julio Añoveros y Antoni Bosch, aunque ninguno de los tres puede considerarse propiamente vidalquadrista. De hecho, el vidalquadrismo dio sus últimos coletazos en el congreso de 2000, pero ya antes desapareció como corriente mínimamente organizada.

Para reforzar la idea de unidad y de continuidad, Piqué ha incorporado a la ejecutiva a todos los pesos pesados del partido: Enrique Lacalle -que fue elegido presidente del congreso-, Jorge Fernández Díaz, Dolors Nadal, José Luis Ayllón, Santiago Fisas -en cuanto miembro de la junta directiva nacional- y Julia García-Valdecasas, que como delegada del Gobierno en Cataluña había tropezado a menudo con la dirección del PP catalán.

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Los tan esperados fichajes de Piqué para el PP catalán se han dejado, una vez más, para una mejor ocasión, aunque el ministro incorporó como vocales sin ninguna tarea directiva específica al escritor Luis Racionero, muy próximo al PP desde hace años, y al ex presidente de la SEPI Pedro Farreras, integrante del llamado clan de Urús, el círculo más íntimo del ministro.

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