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Barcelona entierra en la montaña de Collserola una cochera de autobuses

La mayor parte de las instalaciones quedarán escondidas bajo una cubierta de vegetación

Blanca Cia

Más difícil todavía. En Barcelona se construye una plaza sobre una depuradora -en el territorio Fòrum, junto al Besòs- y ahora se está horadando la falda de Collserola, en Horta, junto a la carretera de Cerdanyola, para levantar la que será una de las cocheras de autobuses mayores de Barcelona, con capacidad para 300 vehículos. La peculiaridad es que la mayor parte de esa instalación quedará tapada bajo la montaña, con un parque como techo.

Una losa de hormigón de 22.000 metros cuadrados cubrirá las instalaciones.
La nueva cochera tendrá capacidad para aparcar unos 300 autobuses urbanos

El aspecto que ofrece ahora la montaña resulta inquietante: un gran boquete -como una cantera- ha quebrado Collserola, justo por debajo del mirador de Horta. La pared de la montaña ya ha sido revestida por una losa de hormigón y en el solar, que llega casi hasta el pie de la ronda de Dalt, se empieza a dibujar la estructura de la futura cochera. Vigas de hierro se alinean formando una retícula de columnas cada 14 metros. Serán las columnas que soportarán el enorme peso de dos plantas de aparcamiento -una de autobuses- y de la losa que cubrirá 22.000 metros cuadrados de esas instalaciones. Una porción menor, 14.000 metros cuadrados, quedará al descubierto parcialmente ya que en ella se situarán los talleres, los sistemas de lavado de los vehículos y el área técnica de la cochera situada en un edificio.

Lo normal es que las cocheras de autobuses se construyan en amplios solares con naves para los talleres, sin más complicaciones. Transportes de Barcelona y el Ayuntamiento de la ciudad optaron por otra solución. Más cara en cuanto a coste, pero con otras ventajas: devuelve una zona verde a la ciudad, que dispondrá de una cochera relativamente céntrica y no en poblaciones del área, lo que comportaría más problemas de organización y seguramente de costes laborales.

'Barcelona tiene un serio problema de espacio -desde ese promontorio se ve perfectamente el abigarramiento de la ciudad- y en esas condiciones era difícil buscar un solar adecuado', explica el director general de TMB, Albert Busquets.

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Al final no fue un solar, sino 10 hectáreas de terreno en Collserola, allí donde estaban las pelotas de Porcioles, unos enormes depósitos de gas derribados hace 10 años no sin antes especularse que podrían reconvertirse en una discoteca. El terreno era propiedad de la cadena de hipermercados Pryca, que mantenía una opción de compra de un grupo empresarial francés del sector comercial y lúdico. TMB pagó por ese terreno 5,3 millones de euros para instalar una cochera con capacidad para 300 vehículos. Esa instalación, que estará terminada a finales de 2003 y en la que trabajarán 800 personas, servirá para cerrar las de la avenida de Borbón y las dos naves y talleres que todavía están en la calle de Llull, al lado del territorio Fòrum.

El coste total de proyecto alcanzará 54 millones de euros, muy por encima de lo normal es este tipo de instalaciones: 'Una cochera normal hubiera costado unos 20 millones', afirma Busquets. No obstante, TMB financia parte de la inversión con los beneficios de la venta de las instalaciones de la calle de Llull: 'Además, se trata de algo que urge porque hemos aumentado la flota con 100 vehículos más y no tenemos suficiente espacio'.

La mayor parte del presupuesto se lo lleva la excavación de la montaña, los accesos viarios y la enorme losa de hormigón que ha de cubrir las instalaciones. La cobertura que se formará con la losa 'permitirá recuperar la orografía de la montaña, con un diseño escalonado y un metro de tierra para plantar vegetación', puntualizan los arquitectos Fabré y Torras, autores del proyecto de la cochera que, aseguran, es muy complejo precisamente por el peso que debe soportar toda la estructura.

'La retícula de pilares tiene que soportar el peso de los autobuses, la losa de hormigón de 22.000 metros cuadrados y el metro de tierra que habrá encima de ella, una superficie equivalente a más de dos manzanas del Eixample', explican los arquitectos.

El ajardinamiento de cubiertas es algo habitual, pero no en las dimensiones que tendrá la cochera de Horta. Jaume Coll, el arquitecto que ha realizado el proyecto de la urbanización, explica que la cubierta debe tener un sistema de canalización de agua y reciclaje. El arquitecto ha diseñado un sistema de círculos, en forma de embudo con una suave pendiente, para recoger el agua, que será reciclada. Estos círculos se construirán en distintos materiales, entre ellos sablón y césped. El parque tendrá distintas áreas. Naturalmente una para los niños, pero también habrá una zona de picnic, además de un quiosco bar y un punto de alquiler de bicicletas. El parque será reforestado con plantas fácilmente adaptables a la zona.

La construcción de nueva cochera también comportará modificaciones viarias que costarán 4,5 millones de euros y que irán a cargo del Ayuntamiento. La entrada y salida se realizará desde la ronda de Dalt, en dirección Llobregat, a través de la calle de Scala Dei, que será ensanchada. Ese vial se deprimirá a la altura del cementerio de Horta de modo que los autobuses accederán al interior de la cochera por un túnel. Por la superficie, la calle llegará hasta una nueva rotonda que se construirá en la carretera de Cerdanyola. El parque estará atravesado por otro vial que comunicará los barrios de la Font del Gos y Cal Notari.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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