_
_
_
_
_
Inversión | CONSULTORIO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Inversión en vivienda

En los últimos dos años, la vivienda parece haberse convertido en el único activo con rentabilidad atractiva, como pone de manifiesto que su precio haya aumentado un 34% desde 2000. Además de la rentabilidad, hay otros elementos que sirven de estímulo a la demanda de vivienda, como la sensible reducción de los tipos de interés en términos reales registrada en los últimos años. En 2002 se observa una tendencia divergente de los tipos de interés reales en España, que siguen descendiendo, y en el conjunto de la UE, donde han comenzado a repuntar. El incremento de la renta por habitante en los últimos años (35% en el periodo 1995-2000) es otro factor clave en el dinamismo del sector inmobiliario. España es, además, uno de los principales receptores de inversión directa materializada en inmuebles. En 2001, de los 4.765 millones de euros que entraron en concepto de IDE (inversión directa extranjera), un 19,6% fue para la compra de inmuebles.

La desaceleración del PIB español y, por tanto, la estabilización de la renta anticipa un menor crecimiento de la demanda de vivienda

Sin embargo, alguno de estos factores de estímulo comienza a amortiguarse, lo que permite augurar una desaceleración de la demanda de vivienda. Los últimos indicadores de viviendas iniciadas ponen de manifiesto que el año 2001 marca un máximo en el actual ciclo expansivo del sector inmobiliario. Es previsible que se modere la demanda por parte de no residentes al hilo de la desaceleración económica que sufren los principales países demandantes de inmuebles, especialmente Alemania. Además, el mercado de alquileres puede verse estimulado por los incentivos fiscales que se aplicarán a los propietarios que arrienden su vivienda y la moderación de los precios. Asimismo, la desaceleración del PIB español y, por tanto, la estabilización o sólo ligero avance de la renta por habitante anticipa un menor crecimiento de la demanda de viviendas.

En definitiva, aunque es previsible que el llamado boom inmobiliario comience a desinflarse el próximo año, no contemplamos un pinchazo de la burbuja, sino una paulatina corrección a la baja de la demanda y de los precios.

Grupo Analistas

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_