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Liber cierra hoy sus puertas con satisfacción y optimismo

La exportación española de libros ha bajado un 18% y el mercado interior no logra crecer en los últimos años. Los de 2001 y 2002 han sido especialmente difíciles, y existía una enorme preocupación sobre cómo iba a funcionar esta 20ª edición de la Feria Internacional del Libro, Liber, un salón entre Madrid y Barcelona, que siempre da la sensación de que no acaba de cuajar. Para sorpresa de todos, ha sido uno de los más activos de los últimos años. El presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Emiliano Martínez, confirmó ayer lo que se ha vivido estos día en el Palau 2 de Montjuïc. 'Está rotundamente mejor', afirmó. La presencia portuguesa, país invitado en esta edición, ha sido deslumbrante y otros países, como Grecia y Polonia, han peleado a fondo para hacerse un hueco en la amplia programación que ha rebasado con creces el recinto ferial para extenderse por toda la ciudad. Grecia ha hecho incluso gestiones para ser país invitado en un futuro próximo. 'Para los países emergentes España se ha convertido en un escenario importante en Europa', dijo Martínez. En lo económico, se han gestionado derechos y pedidos de libros, con moderación y prudencia.

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