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AMÉRICA LATINA

Un dinero temeroso a cruzar las fronteras

La inversión extranjera directa en Latinoamérica cayo un 30% en 2001

Alejandro Rebossio

En un mundo en el que el flujo de inversión extranjera directa (IED) descendió en 2001 a su peor nivel en 30 años, los países afilan sus lanzas para capturar lo poco que hay disponible. El reciente informe anual de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, según sus siglas en inglés) pronostica que la recesión mundial empujará a los inversores a mudar sus actividades a sitios de bajos costes o a incrementar las que ya tienen allí.

Latinoamérica recibe cada vez menos inversión foránea: el año pasado se contrajo a 85.373 millones de dólares, el 10% menos que en 2000, lo que supone la segunda caída consecutiva, pero también una reducción menor que el total mundial, que cayó un 50%, al situarse en 750.000 millones de dólares. Pero, en ese contexto regional, algunos países están captando capitales mayores al potencial de su economía, como Bolivia, Chile o República Dominicana, mientras que otros cuentan con un alto potencial de atraerlos, como El Salvador o Uruguay.

Las inversiones exteriores directas cayeron un 50% a nivel mundial en 2001, al descender a 750.000 millones de dólares

En términos absolutos, México fue el país latinoamericano que más inversiones foráneas captó en 2001: 24.730 millones, el 35% del total. Este socio de Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio (TCL) había recibido el 18% de las IED en el período 1995/2000, por debajo de Brasil (35%) y apenas por encima de Argentina (17%). La mejora mexicana se explica por la internacionalización de la banca.

Brasil atrajo el año pasado 22.636 millones de dólares, el 32% del total regional. El gigante suramericano sostuvo el ingreso de capitales movidos por el gran mercado interno de 160 millones de habitantes. Un tercio de las inversiones recibidas se destinaron al sector manufacturero, el 20% a las telecomunicaciones y el 10% a los servicios financieros. Argentina, arrastrada por su profunda crisis económica, atrapó sólo 3.181 millones, el 4%, menos que Chile (6%). El informe de UNCTAD prevé que el país rioplatense sufra este año una disminución de la IED a la mitad. La suspensión de pagos de su deuda pública y la falta de seguridad jurídica pesan más que sus activos de rebajas por efecto de la devaluación del peso y el endeudamiento de las empresas.

Los índices de entradas efectivas y de potencialidad de atracción, elaborados entre 1998 y 2000, muestran otros países a la cabeza de la región. El indicador de entradas efectivas coloca a Bolivia en primer lugar latinoamericano y décimo en el mundo. Este pobrísimo país andino capta tres veces más IED que lo que se supondría por su tamaño. Las inversiones de Repsol YPF y la brasileña Petrobras en los nuevos yacimientos de gas lo hicieron posible. Le siguen Panamá (puesto 14 en el mundo), Chile (17), Guyana (19), Jamaica (26), República Dominicana (31), Argentina (37), Brasil (42), Ecuador (45), Bahamas (48), El Salvador (50) y Venezuela (51), todos con entradas superiores a lo que podría esperarse en función de su PIB.

Países desarrollados

España está en el sitio 52 de esta lista, encabezada por Bélgica, Luxemburgo, Hong Kong y Angola. Si se miden las regiones, los países desarrollados se han mantenido estables entre los períodos 1988-1990 y 1998-2000, mientras que el índice de Latinoamérica y el Caribe progresó tras un período de apertura económica y privatizaciones. En este índice prevalecen los países de rentas altas y capacidades tecnológicas fuertes o los insertados geográficamente en grandes mercados regionales.

El indicador de potencial de atracción de IED se basa en valores más estables a largo plazo y en él dominan los países con desarrollo económico. Estados Unidos, Suiza y Singapur marchan arriba. España está en el puesto 26, a mitad de camino entre los primeros y Latinoamérica.

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