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Disciplina holandesa

Los mercados de Argentina y España causan las primeras pérdidas del grupo de distribución Ahold en las últimas tres décadas

Ahold ha desarrollado una agresiva política de expansión en España que camina con más dificultades de las esperadas. La empresa holandesa desembarcó en 1996 de la mano del grupo catalán Caprabo, pero pronto se produjo un choque de culturas y estrategias. Mientras Ahold tenía prisa por crecer, la empresa familiar Caprabo prefería mantener un ritmo más lento. Tras la ruptura, la holandesa buscó nuevos caminos, y en poco tiempo se hizo con más de una docena de firmas, como Dialco, Guerrero, Longinos Velasco, Kampio, Dumaya y Eco. El paso definitivo vino con la adquisición del grupo SuperDiplo, hace dos años, una operación que le colocó en los primeros puestos del ranking.

Sin embargo, la integración de los más de 600 puntos de ventas (entre supermercados, hipermercados, cash&carry y tiendas turísticas) que funcionan bajo 18 nombres diferentes con más de 14.000 empleados y culturas diferentes, camina despacio. De ahí que la empresa, que confía plenamente en el futuro en España, redujera sus espectativas de beneficios para este año de 100 millones a 70 millones de euros.

La empresa, aunque confía en el mercado español, ha tenido que reducir sus expectativas de beneficios de 100 a 70 millones de euros

Para garantizar la llegada a buen puerto, la casa madre acaba de decidir un cambio de capitán y ha sustituido al español José María Vara por el holandés Gerard van Breen, una de las personas más cercanas al presidente Cees van der Hoeven. Según los cálculos de la empresa, la recuperación se tiene que acelerar en España en la última mitad del año, aunque el proceso de integración, que aspira a hacer funcionar las tiendas bajo las enseñas HiperSol, HiperDino, SuperSol, durará al menos un año.

Los contratiempos en España están muy lejos de los problemas creados por las empresas en Latinoamérica y, en especial, en Argentina. A la fuerte crisis económica, el desmoronamiento del peso y las enormes pérdidas que ocasionan los robos, hubo que añadir los enormes gastos que ha involucrado a Ahold un fraude en el que se ha visto complicado su socio Velox Retail Holdings, con el que participaba con un 85%, además de en otras, en la segunda cadena de supermercados argentina, Disco, y en la chilena Santa Isabel.

El grupo financiero estaba controlado por los hermanos uruguayos Peirano, que el pasado mes de agosto fueron detenidos, lo que obligó a Ahold a desembolsar 490 millones de euros para adquirir la totalidad del paquete accionarial y, consecuentemente, sus deudas después de que el Banco Central de Argentina suspendiera a la entidad por falta de liquidez. Pero, a pesar de que en el mercado latinoamericano los beneficios cayeron estrepitosamente esta primera mitad del año (de 68 millones a 11 millones de euros), la región sigue siendo objetivo prioritario de Ahold, que ve en él un gran crecimiento potencial.

Menos problemas le dan sus tiendas en Holanda, su principal mercado, y en Estados Unidos, de donde proviene un 60% de las ventas, que siguen creciendo, así como los beneficios, aunque menos rápido. Con todo, la empresa holandesa, tocada en el honor por haber entrado en números rojos, promete beneficios a fin de año.

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