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Entrevista:LUIS ROJAS MARCOS | Profesor de Psiquiatría en Nueva York | La opinión de los expertos

"Un segundo atentado sería el tiro de gracia emocional para EE UU"

Miguel Ángel Villena

El psiquiatra sevillano Luis Rojas Marcos vivió el 11 de septiembre en primera línea de fuego. Responsable durante años de los servicios públicos de salud mental de Nueva York y profesor de Psiquiatría de una universidad neoyorquina desde el pasado febrero, Rojas Marcos coordinó la asistencia a los afectados por los atentados de las Torres Gemelas. Un año más tarde, el psiquiatra publica el libro Más allá del 11 de septiembre. La superación del trauma (Espasa), que intenta explicar los efectos de aquella tragedia que sacudió los cimientos del mundo y abrió una nueva etapa.

Después de subrayar que la sociedad estadounidense comienza a superar aquel brutal impacto y a interrogarse sobre las razones de un creciente antiamericanismo, Rojas Marcos señala con rotundidad: 'Ahora bien, un segundo atentado sería devastador, tendría unas consecuencias imprevisibles'. 'Hay que tener en cuenta', explica, 'que las personas más afectadas por el 11 de septiembre fueron aquellas que ya habían padecido un trauma anterior. En nuestro inconsciente colectivo un único atentado puede entenderse como un accidente, pero un segundo marca una tendencia. Por ello, un segundo atentado sería el tiro de gracia emocional para Estados Unidos'.

'Cada vez más gente empieza a rebelarse contra un autoritarismo que cercena libertades'

A juicio de Rojas Marcos, Estados Unidos sería incapaz de convivir con un terrorismo estable y prolongado como los casos de ETA o del IRA en Europa. 'Una situación de permanente terrorismo', comenta el psiquiatra y escritor, 'sería inconcebible en Estados Unidos. Una cuestión diferente es que el enemigo se encuentre lejos de sus fronteras como ocurrió en Vietnam en el pasado o como sucede en el presente con Irak. Pero los brotes de terrorismo que ha padecido la sociedad norteamericana, como los Panteras Negras o el Ejército Simbiótico de Liberación, desaparecieron con mucha rapidez, es decir, fueron eliminados de modo fulminante. De cualquier modo, los norteamericanos tendrán que aprender a convivir con la amenaza del terrorismo como han hecho los europeos'. Para Rojas Marcos, está claro que el 11 de septiembre ha acentuado las tendencias patrióticas y xenófobas de muchos estadounidenses y los musulmanes han sido colocados en el punto de mira. 'Se han roto un poco los valores de una sociedad multirracial', dice, 'porque en primera instancia se demoniza a Bin Laden, pero luego se extiende el odio a todos los islámicos, a los que tienen un determinado aspecto físico... De todos modos, la mayoría de musulmanes que vive en Estados Unidos está muy integrada y resulta curioso ver que los que han mantenido más tiempo las banderas en sus taxis o en sus comercios han sido los islámicos'.

Atribuye Rojas Marcos estas actitudes al miedo, al pánico a la muerte propia o a la desaparición de seres queridos. A partir de una cita de Michel de Montaigne, escritor francés del siglo XVI, -'a lo que más miedo tengo es al miedo mismo'-, Rojas Marcos describe el miedo como algo paralizante. Este miedo se halla, en opinión del psiquiatra, en la raíz del respaldo de amplios sectores sociales a la política autoritaria de la Administración de George W. Bush. 'No obstante y según pasa el tiempo sin que se produzcan nuevos atentados', manifiesta Rojas Marcos, 'cada vez más gente empieza a rebelarse contra un autoritarismo que cercena libertades civiles que los norteamericanos aprecian mucho. Desde hace un par de meses han aumentado las reticencias con respecto a un ataque a Irak. Aquello de golpear por golpear tiene hoy menos adeptos que antes. Por otra parte, la economía va mal y muchos ciudadanos comienzan a pedirle a Bush que reflote las finanzas en lugar de tirar bombas a Irak'.

Con 59 años recién cumplidos y una vida repartida entre España y Nueva York, Luis Rojas Marcos pasará este 11 de septiembre en su país natal. 'Me sentiré mejor aquí después de la catarsis que ha significado la escritura del libro que me ha servido para ordenar ideas y emociones', señala. Inquieto desde niño hasta el punto de que su madre siempre le decía que la curiosidad lo mataría algún día, el psiquiatra sevillano dejó el pasado febrero su puesto al frente de los hospitales públicos de Nueva York para dedicarse a dar clases de psiquiatría, escribir artículos y publicar libros. Ocupado hasta la extenuación en atender a pacientes en las semanas siguientes al 11 de septiembre de 2001, Luis Rojas Marcos se desmoronó el día en que una enfermera le preguntó en una asamblea por su estado de ánimo. 'Dejé de contestar la pregunta y, poco después, lloré en silencio por primera vez desde la tragedia. Ese mismo día me llamó un colega y me dijo con afecto que en casa del herrero, cuchillo de palo. Me vino muy bien reconocer mis emociones para superar el trauma. Como les ha ocurrido a muchos norteamericanos'.

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Luis Rojas Marcos charla con los lectores de ELPAIS.es el martes 10, a las 17.00 horas.

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