Nuevos recortes en las bolsas a la espera de que la Reserva Federal mantega los tipos de interés
Las bolsas han vuelto por sus fueros bajistas después de la positiva evolución de la pasada semana. El índice Ibex 35 de la Bolsa española perdió el 2,8% de su valor, mientras que el indicador madrileño se dejó el 2,39% en una jornada que marcó un mínimo anual de volumen de contratación, que se situó en 712 millones de euros.
Pérdidas que fueron muy similares en los mercados europeos. La Bolsa de París retrocedió el 2,42%, mientras que la alemana se dejó el 2,37% y Londres un 2,33%. Unos recortes de consideración que se producen en la víspera de que la Reserva Federal (banco central estadounidense) se reúna para abordar la marcha de los tipos de interés, actualmente situados en el 1,75% en esta economía. Los analistas consideran que Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, no moverá a la baja los tipos para dar un nuevo impulso a la débil economía de Estados Unidos.
Las razones que los expertos esgrimen para este mantenimiento de los tipos se encuentran en que un recorte podría interpretarse negativamente por los mercados como señal de que las cosas están aún peor de lo que muestran los indicadores conocidos hasta ahora.
Pero no sólo los tipos merecían el comentario de los inversores. En la Bolsa española volvió a asomar el fantasma de la crisis brasileña, después de la euforia sobre las ayudas anunciadas la pasada semana por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ayer se estudió una posible retirada de la candidatura a presidente de José Serra, favorito para los inversores, ante unas encuestas negativas. El real brasileño perdió el 2% de su valor frente al dólar, mientras se produjo una fuerte caída en el precio de los bonos brasileños. El BBVA registró una pérdida del 5,14%, el mayor de los grandes valores, mientras el SCH se dejó el 4,66% y Telefónica el 3,67%.
También influyó en el ánimo de los inversores europeos la suspensión de pagos de la aerolínea US Airways, agobiada por los malos resultados registrados a raíz de los atentados del 11 de septiembre. Un nuevo episodio del mal momento que viven muchas empresas en Estados Unidos que, como informó ayer Standard & Poor's, registran la calificación crediticia (solvencia) más baja de los últimos 50 años.
