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CRISIS EN LAS TELECOMUNICACIONES

El giro estratégico impulsa a Telefónica a una subida del 14,18% en la Bolsa española

Alierta explica a los analistas que congelar los planes de UMTS evitará 2.400 millones de pérdidas

Telefónica se convirtió ayer en protagonista de la Bolsa española. Los inversores acogieron con euforia compradora la decisión de la compañía de congelar sus actividades en telefonía móvil de tercera generación (UMTS) en varios países europeos. El valor de los títulos de Telefónica, que ya había subido el 18,04% en Wall Street el miércoles, se disparó un 14,18% en Madrid, cerrando a 9,50 euros por acción. Los analistas internacionales también reaccionaron positivamente a un cambio de estrategia que, según les explicó ayer el presidente del grupo, César Alierta, evitará a Telefónica acumular unas pérdidas de 2.400 millones de euros en los próximos tres años.

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Anunciar unas pérdidas de 5.574,2 millones de euros en el primer semestre del año, consecuencia de cubrir la inversiones en licencias de UMTS mediante provisiones por valor de 4.837 millones de euros, tuvo ayer su lado bueno. Siguiendo la estela de Wall Street, que por la diferencia horaria se enteró ya el miércoles de la decisión de Telefónica y que la premió con una subida del 18,04%, los inversores compraron que la compañía suelte lastre inversor y reduzca incertidumbres en un momento delicado para el sector de las telecomunicaciones.

La acción, que arrancó escalando hasta los 9,65 euros, acabó cerrando a 9,50, con lo que la capitalización bursátil supera ligeramente los 46.000 millones de euros. Aunque el valor se disparó un 14,18%, queda aún un 40,5% por debajo de su máximo anual de 15,96 euros, tras una sesión en la que se negociaron títulos de la compañía por valor de 879,6 millones de euros. Diversos bancos de inversión estimaron un precio objetivo superior a los 11 euros.

Otro aspecto celebrado por el mercado fue la decisión de Telefónica de amortizar hasta un 2% del capital de la compañía, una decisión que debería mejorar el beneficio por acción.

Pago de dividendo

Pasada ya la etapa de la obsesión por la creación de valor con actuaciones que elevaran el precio de las acciones, frente al pago de dividendos, Telefónica ha decidido proponer en su próxima junta de accionistas un cambio de política. César Alierta no fue preciso cuando algunos analistas le plantearon ayer qué cantidad se destinará a pagar dividendos, pero aludió, como 'un buen indicador' del monto, al 2% de capital que se amortizará. Según esta pista, podría destinarse a dividendos en torno a 920 millones de euros. Telefónica es la compañía española con más accionistas (más de millón y medio), que llevan cuatro largos años sin verse beneficiados por este tipo de retribución.

En su conferencia con los analistas internacionales, en la que estuvo acompañado de su consejero delegado, Fernando Abril- Martorell, y del nuevo presidente ejecutivo de Telefónica Internacional, José María Álvarez Pallete (hasta ahora responsable de las finanzas del grupo), César Alierta lanzó varios mensajes sobre la nueva estrategia de la compañía.

La idea que el presidente de Telefónica repitió con mayor insistencia fue la necesidad de focalizarla en sus actividades estratégicas y en sus mercados naturales de habla española y portuguesa. 'A medio plazo, desbloquearemos lo que no sean nuestras inversiones clave', señaló. En esta línea, Alierta puso como ejemplo su apuesta por los medios de comunicación, que se concentra en la filial Admira. 'Queremos estar presentes en contenidos, pero creemos que la propiedad al 100% no es necesaria', indicó.

El primer ejecutivo de Telefónica, que explicó la suspensión total de actividades de UMTS por el retraso de esta tecnología y por la desaceleración del crecimiento del mercado, particularmente en Alemania, citó entre sus prioridades mejorar la generación de cash-flow (beneficio antes de amortaciones). Alierta subrayó que, sin la paralización de esta apuesta por la telefonía móvil de tercera generación, que no afecta a España, las cuentas del grupo se hubieran visto lastradas con unas pérdidas de 2.400 millones de euros hasta 2005, mientras el impacto negativo en este periodo sobre el resultado operativo (Ebitda) hubiera sido de 1.800 millones de euros. Más allá del coste financiero, la suspensión de actividades no implica sanciones de los reguladores de los países afectados.

Otras de las prioridades de la empresa son mejorar la rentabilidad para el accionista y reducir costes e inversiones. Sin embargo, pese a una estrategia de adquisiciones que planteó como 'muy conservadora', Alierta se declaró abierto a las buenas oportunidades que se le presenten, sin ofrecer más precisiones.

En cuanto a Latinoamérica, el presidente se centró en los buenos resultados en Brasil, donde, sin tener en cuenta el impacto de la depreciación del real, los ingresos crecieron un 15%, y el Ebitda, un 14,5%. Sobre Argentina, Alierta subrayó cómo, en poco más de medio año, 'el riesgo de exposición' se ha reducido de 6.000 millones de euros a menos de mil.

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