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TOUR 2002 | 16ª etapa

El extraño caso de Óscar Sevilla

Carlos Arribas

El Tour de 2002 debía haber sido el de la confirmación de Óscar Sevilla, el burbujeante ciclista manchego que la afición mundial descubrió vestido de blanco, como de primera comunión, el pasado Tour (el de su debut), que acabó séptimo, y, sin embargo, ha sido el del tormento. Una grande boucle que acabó ayer con una anunciada retirada al pie de la Madeleine.

Sevilla ya llevaba días sin sonreír, le costaba mantener su perenne optimismo, le dolía el cuerpo. Ya no tenía ni ganas de explicar que sus cuentas le decían que estaba mejor que el año pasado, que perdía menos tiempo en las subidas, pero que, curiosamente, dejaba de ver a los primeros antes. Estaba pensativo y preocupado. La alarma se disparó el martes por la tarde. Sevilla terminó la etapa de Les Deux Alpes sufriendo, arrastrándose a rueda de su compañero José Enrique Gutiérrez. Un día más terminaba de mala manera. Llevaba una semana sintiéndose hinchado, una expresión muy subjetiva y muy ciclista, que se usa para explicar cualquier problema. También pensó que todo podían ser secuelas de la pavorosa caída que sufrió hace un mes y medio durante la Dauphiné Libéré, una costalada que se tradujo en un golpe tremendo en la cadera y en un extenso hematoma del que aún se recupera. Tras aquel incidente estuvo parado, y sólo a finales de junio aceleró la preparación para llegar a punto al Tour, un proceso que quizás se precipitó.

Estaba empezando a odiar la carrera que le había fascinado cuando la descubrió. Pero aquel día, en la gigantesca estación de esquí alpina, las noticias eran peores. 'Llegó con el vientre hinchadísimo', explica su director, Vicente Belda. 'Y tenía la piel dura, tirante, como si fuera la piel de un tambor. Le estuvo viendo la doctora del equipo

, que pensó que era un problema de gases, un problema digestivo, que le había sentado mal el desayuno'. Como Sevilla se quejaba, y se seguía quejando, Fuentes hizo una consulta profesional a su colega José Ibarguren, médico del Lampre, el equipo que se alojaba en el mismo hotel. 'Me dijo Yolanda que le echara un vistazo y que ella no tenía un antiaerofágico, un Aero-Red, para que soltara los gases. Y le pasé uno', dice el médico guipuzcoano. 'Para mí que era un problema meramente digestivo, como tantos que pasan todos los ciclistas a final del Tour, y sobre todo en un Tour como éste, con tanto calor'.

Ayer por la mañana Fuentes dijo que todo había pasado. 'Le hemos dado productos para deshincharlo, se ha deshinchado, ha dormido bien, ha desayunado bien y ya está bien', dijo. Sevilla salió, aunque no tenía muchas ganas. Hizo un brindis al sol con un ataque en el Galibier y nada más bajar el coloso de los 2.645 metros se retiró. Después en el coche se mareó. 'No creemos que sea un problema hepático', dijo Belda. 'habrá que esperar a los análisis'.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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