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Reportaje:

Los ojos rasgados de Ford

Ochenta empleados de Mazda prepararán desde Almussafes el lanzamiento del nuevo turismo japonés

'Todo trabajo es búsqueda de conocimiento', defendía Ishida Baigan, filósofo japonés que vivió a caballo entre los siglos XVII y XVIII. Y la ética laboral japonesa parece continuar basada en este pensamiento, a pesar de los cambios.

Porque pocas cosas, más allá de los tópicos sobre geishas o samurais, parecen identificar tanto a Japón como su concienzuda predisposición al trabajo. Hábiles para los detalles, disciplinados y poco individualistas, un grupo de trabajadores japoneses de la firma Mazda Motor Company, participada desde 1995 en un 33,4% por la multinacional Ford, convivirá e intercambiará conocimientos en los próximos meses con personal de la planta de Almussafes. Los trabajadores empezaron a llegar a finales de abril. En la actualidad hay un grupo de 40 y en septiembre estará el grueso de los 80 empleados de Mazda que trabajarán en el lanzamiento del nuevo modelo japonés desde Valencia. Ingenieros de investigación y desarrollo en su mayoría, aunque también de supervisión de calidad o industriales, los trabajadores se coordinarán con ingenieros de Ford en un equipo de 150 personas centradas en este lanzamiento.

Será la primera vez que una planta de Ford en Europa fabrique un coche que no lleve la marca del óvalo. La experiencia es inédita y por ello la recepción de los trabajadores no ha estado exenta de preparativos. La dirección de la planta de Almussafes ha hecho llegar información a sus empleados valencianos para facilitar un 'acoplamiento' laboral que en un primer momento se ha producido con afabilidad.

La conveniencia de situarse, en una conversación, a una distancia física mayor de lo habitual en España, las reverencias como señal de respeto y humildad y no como muestra de sumisión, o el intercambio de tarjetas como momento fundamental en un primer encuentro laboral son algunos trazos de esta información. Tímidos en el contacto físico, la empresa recuerda que 'cuando se recibe una tarjeta hay que estudiarla cortésmente. Esto se considera un gesto de respeto y permite fijar el nombre y categoría del interlocutor. En el caso de estar en una reunión se aconseja colocar las tarjetas en el mismo orden en que los invitados están sentados para que sirvan de referencia. Las tarjetas de visita deben tratarse con mucho respeto, no doblarlas o introducirlas en el bolsillo de cualquier manera', explican. La empresa, asimismo, recuerda que la comunicación en una reunión de grupo la canaliza la persona de mayor jerarquía y que los japoneses 'aprecian' los momentos de silencio, ya que les da tiempo 'para reflexionar sobre lo que se va a decir'. También se apunta que para llamar a una persona se utiliza su apellido, al que se le añade la palabra 'san'.

Esta información se ha completado con charlas, en las que se ofrecen las principales pinceladas sobre la forma de trabajo japonesa y sobre su cultura, para los responsables del lanzamiento de Ford en Almussafes y el personal que tenga mayor relación con las incorporaciones. Estas charlas se repetirán en septiembre para los japoneses, que ya disponen de documentación en su idioma y en inglés sobre Valencia.

El grupo de trabajadores, que provienen de las plantas japonesas de Hiroshima y Hofu, permanecerá en Valencia hasta marzo de 2003, ya que el nuevo vehículo de Mazda, que por el momento se denomina J37 a falta de un nombre comercial y que sustituirá al Demio, se empezará a fabricar en enero de ese año. Ford prevé fabricar 50.000 unidades al año de este modelo. El turismo se comercializará exclusivamente en Europa y de hecho el sustituto del Demio en Japón ya ha salido al mercado. Aunque algunos se hospedan por ahora en hoteles, la dirección de Ford prevé alojarlos en casas o pisos de una misma zona. En Ford explican que la edad media de estos trabajadores está entre 30 y 40 años y que unos pocos se trasladan con su familia. Por ello la escolarización temporal de sus hijos se hará en colegios ingleses.

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Pero los japoneses no sólo trabajan. De hecho Yukari Taki, intérprete japonesa afincada en Valencia que ayer acompañó al grupo de compatriotas, explica que una de las preguntas más repetidas por los trabajadores alude al ocio. 'A los japoneses les gusta comer bien, en un sitio agradable', explica. También piden información sobre la vida cultural y además le preguntan si es una ciudad segura (su país lo es) o peligrosa. Aún no pueden leer la prensa porque no saben castellano.

Yukari Taki considera que aunque la manera de trabajar japonesa 'es muy distinta' , la adaptación de estos trabajadores no será muy complicada.

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