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Puig diagnostica el agotamiento del PP y dice que hay una 'alternativa'

El portavoz del Grupo Socialista-Progressistes, Joaquim Puig, subió a la tribuna de oradores para exponer su diagnóstico del nuevo escenario político surgido en la Comunidad Valenciana con el relevo en la presidencia de la Generalitat tras el nombramiento de su anterior titular, Eduardo Zaplana, como ministro de Trabajo. Empezó con un augurio: 'Usted', dijo Puig dirigiéndose al entonces todavía candidato popular, José Luis Olivas, 'será nuestro particular Calvo Sotelo'. Y acto seguido explicó la situación, caracterizada, en su opinión, por la 'huida' de Zaplana a Madrid, 'sin rendir cuentas', para 'librarse de la cremà'; por las características de Olivas, quien, como presidente 'precario', 'interino' y 'liquidador' de la gestión de su predecesor gobernará 'condicionado por el fraude político' del ahora ministro de Trabajo; por el 'agotamiento' del ciclo político del PP, su 'alejamiento' de la realidad y su comportamiento 'autoritario'. Todo ello, agregó, 'demuestra claramente que se han hundido los pilares básicos' del proyecto de los populares, al tiempo que 'una detrás de otra, se han ido desvaneciendo todas las promesas que hicieron a los ciudadanos para convencerlos de la necesidad de un Gobierno conservador'.

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La primera cuestión que Puig utilizó en su réplica fue la de la seguridad ciudadana, que fue 'una de las banderas del PP', pero que Olivas no había ni siquiera mencionado en su primera intervención. La 'desidia' del PP respecto de este asunto 'ha generado una degradación extrema y una creciente alarma social', dijo el portavoz socialista. En su contrarréplica, Olivas respondió a la defensiva: aseguró, sin aportar datos, que el número de delitos 'disminuye', que aumenta la eficacia policial y aludió a la necesidad de modificaciones legislativas que no son competencia de la Generalitat, en referencia a la implantación de los juicios rápidos como método para luchar contra la multireincidencia de los delincuentes.

El segundo argumento de Puig fue el de la corrupción. Recordó que los populares afirmaron que la eliminarían pero que, 'más allá del rosario de nombres y casos oscuros que acompañan su gestión, la condena de [Luis Fernando] Cartagena, que robó ocho millones de pesetas a las monjas, no ha recibido todavía el menor comentario de censura de su partido'. Puig citó también el caso Gescartera. En esta ocasión Olivas respondió con el ataque: reprochó a los socialistas que 'insistan' en la corrupción, como si el ex director de la Guardia Civil Luis Roldán 'hubiera sido del PP', y recordó el caso Alaquàs, en el que está supuestamente implicado el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla.

El portavoz socialista también criticó la política del PP en Canal 9, convertido, dijo, en 'un NODO en colores', y la 'instrumentalización' de las instituciones. La política del PP, aseguró, se ha caracterizado por 'tres elementos que condicionan negativamente el futuro': un Gobierno 'malgastador' que ha hecho del país 'un gran parque de atracciones', que ha confiado el futuro de los valencianos 'al ocio y la diversión' mientras ha 'dejado al margen a los sectores productivos' y que ha protagonizado una gestión 'profundamente antisocial'. En este contexto, Puig se refirió al volumen 'inaceptable' que ha alcanzado la deuda de la Generalitat -Olivas replicó que la deuda 'es siempre relativa' y aseguró que no hay problema-, a la política social, a la educación y a la sanidad. Propuso una ley de desarrollo rural y reclamó una moratoria de construcción en la costa.

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La 'tricefalia' estuvo igualmente presente en el debate. 'Han abocado ustedes la Generalitat al caos, a una tricefalia delirante que producirá inestabilidad e inseguridad', afirmó Puig, quien preguntó quién será ahora el interlocutor real del Gobierno valenciano. '¿Usted, que se presenta a una presidencia interina y precaria? ¿O el candidato que espera a la primavera? ¿O será alguno que, desde un ministerio, llevará la agenda y ordenará actuaciones por teléfono?'. Olivas repondió: 'Nosotros llevamos siete años preocupados por saber con quién hablamos' en el PSPV. En su réplica, el candidato evitó entrar al trapo de una afirmación que había hecho previamente el portavoz socialista: 'A usted le han encomendado el triste papel de guardar las apariencias, limpiar el Palau de la Generalitat y apagar la luz cuando se vayan'.

Ante este diagnóstico, Puig aseguró que 'ahora hay una alternativa', en alusión al PSPV.

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