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'Nunca pensé que un día le recordaría en su Cámara'

Luis R. Aizpeolea

La intervención de Barbara Duhrkop, en nombre de las víctimas del terrorismo, tapó los discursos conmemorativos del 25 aniversario por parte de los ex presidentes del Senado: Antonio Fontán, Federico de Carvajal, Juan José Laborda y Antonio Barrero.

Duhrkop fue la estrella, pese a la crisis de Gobierno y a la presencia en el acto del presidente José María Aznar y de cinco ministros: Mariano Rajoy, de Presidencia y portavoz; Angel Acebes, de Interior; Javier Arenas, de Administraciones Públicas; Pilar del Castillo, de Educación y Cultura, y Ana Pastor, de Sanidad. También asistieron al acto el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, así como numerosos senadores y ex senadores de todo el arco parlamentario, incluidos los nacionalistas vascos.

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Las principales instituciones jurídicas del Estado estuvieron representadas por el presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, y el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal. La oposición envió a dos de sus principales representantes, el portavoz del PSOE en el Congreso, Jeús Caldera, y el coordinador general de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares.

Duhrkop fue felicitada por todos: ministros, senadores... Confesó en los pasillos del Senado, acompañada de sus hijos, una vez terminada la celebración, que, pese a su veteranía como europarlamentaria, estuvo muy nerviosa, sobre todo al ver que la ovación de reconocimiento no cesaba. Por eso, admitió que se sentó dos veces para parar la inusitada ovación. También confesó, recordando el asesinato de su marido, Enrique Casas, hace 18 años, un mediodía frío de febrero por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, desgajados de ETA, que nunca pensó que un día podría hacerle un homenaje a él en su Cámara, el Senado. Casas, el primer senador y parlamentario asesinado por el terrorismo vasco, era además de senador, el secretario de Organización del PSE.

Los senadores socialistas Javier Rojo y Juan José Laborda dijeron que se sentían 'enormemente orgullosos' de la actuación de su compañera.

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