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Un nuevo escándalo en una de las mayores empresas de EE UU sacude las bolsas

El Dow Jones pierde el 3,11% y arrastra en su apertura a los mercados europeos

La ola de escándalos empresariales en EE UU se agrava. Ayer la justicia estadounidense abrió una investigación criminal contra la operadora telefónica Qwest Communications, que ya estaba bajo la mira de la Comisión del Mercado de Valores de EE UU (SEC) desde marzo pasado. La compañía, al parecer, infló sus ventas manipulando la contabilidad. El efecto de la investigación, unido a la demanda contra el vicepresidente Cheney por fraude, sacudió Wall Street (el Dow Jones se dejó el 3,11%) y arrastró a las bolsas europeas. París encabezó las pérdidas con un 4,26%, mientras el Ibex 35 español cayó el 1,99%.

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Los escándalos financieros, empresariales y contables que están protagonizando las empresas estadounidenses no hace más que aumentar la desconfianza de los inversores día tras día. Y, jornada tras jornada, los índices bursátiles muestran que las expectativas son malas. Sólo en el sector de las telecomunicaciones ya hay tres empresas bajo investigación: WorldCom, Global Crossing y Qwest Communications. Así que salvo por alguna sesión de ganancias esporádica, de esas en la que los inversores entran y salen inmediatamente para sacar algunas ganancias, la percepción es negativa. Ayer se unió a ello la demanda presentada contra el vicepresidente Richard Cheney por fraude contable en la empresa Halliburton también influyó en el fuerte retroceso del Dow Jones, que perdió el 3,11%. La apertura negativa de Wall Street supuso la caída generalizada de los mercados europeos.

El nuevo escándalo corresponde a Qwest, operadora que tiene con base en Denver (Colorado) y que es la cuarta de Estados Unidos. La madrugada del martes, Qwest informó de que la Fiscalía General de EE UU había iniciado una investigación criminal sobre la compañía. La pesquisa se añade a la que la SEC emprendió a finales de marzo sobre sus cuentas. A esta compañía se la comenzó a investigar tras la quiebra de Global Crossing, bajo la sospecha de que ambas empresas habían contabilizado falsos intercambios de activos. Ahora se cree que Qwest está al borde de la quiebra y que, probablemente, ya lo estaba cuando presuntamente manipuló su contabilidad, inflando ventas y activos.

La crisis supuso la salida de su presidente, Joseph Nacchio, el pasado junio. Precisamente, su marcha, debida a la presión de los inversores, supuso que subiese el 20% en Bolsa después de haberse dejado durante el año más del 80%. Ayer, la cotización fue suspendida nada más conocerse la noticia cuando el valor de la acción era de 1,89 dólares.

El incremento de la desconfianza tuvo un fuerte impacto ayer en el parqué madrileño, que retrocedió un 1,82%, mientras que el Ibex 35 cayó un 1,99%. En otras de las grandes bolsas europeas, el nerviosismo no fue la única razón de la caída. En el caso de París, que retrocedió un 4,26%, Francfort (4,11%), Amsterdam (4,55%) y Zúrich (3,21%) las compañías aseguradoras con filiales en EE UU tuvieron mucho que ver. Munich Re anunció ayer que aprovisionará a su filial Amercan Re con 2.000 millones de dólares para pagar los daños derivados de los atentados del 11-S y se cree que las demás empresas europeas del sector también tendrán que hacerlo.

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