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Almagro rinde homenaje a Adolfo Marsillach en el inicio de su festival de teatro

Cerca de 30 espectáculos en seis idiomas figuran en el programa de la 25ª edición

Con el estreno del montaje Peribáñez y el comendador de Ocaña, de Lope de Vega, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, quedó inaugurado ayer el Festival Internaconal de Teatro Clásico de Almagro, que este año celebra su 25ª edición. Con todo, Almagro quiso iniciar sus actos con un homenaje al desaparecido Adolfo Marsillach. En presencia de su viuda, Mercedes Lezcano; de la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, y del presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, se descubrió una placa en el hospital de San Juan en memoria del gran hombre de teatro.

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Luciano García Lorenzo, director del Festival de Almagro, destacó que en esta edición los clásicos castellanos y universales se representarán en seis idiomas, además de en español: japonés, portugués, italiano, francés, alemán y catalán. Desde este fin de semana, y hasta finales de julio, el Festival de Almagro, que cuenta con un presupuesto de 930.000 euros, presentará cerca de 30 montajes y en torno a 100 funciones.

A lo largo del primer fin de semana se acumulan un buen puñado de obras de notable interés. Además de la que presenta la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y que José Luis Alonso de Santos encuadró 'dentro del ciclo Lope', que vive la compañía, hay que destacar muy especialmente el Calderón japonés. La vida es sueño se asocia, en Japón, con el concepto de fugacidad, de paso del tiempo, un concepto que en el escenario se expresa mediante las traviesas podridas ante las que actúan los intérpretes.

También se presentan este fin de semana, con adaptación de Rafael Alberti, La lozana andaluza, de Francisco Delicado, con el Centro Andaluz de Teatro y dirigido por Josefina Molina. Completan esta primera serie La comedia de las ilusiones, de Piere Corneille, dirigida por Adrián Daumas, y el Cyrano, de Edmon Rostand, dirigido por Marina Szerszewsky y Álvaro Lavin.

A lo largo del mes se irán sucediendo montajes basados en los clásicos castellanos, como La dama boba, de Lope de Vega, segundo montaje que presenta la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Además, podrán verse en el Corral de Comedias El amor al uso, de Antonio de Solís, dirigido por Ana Zamora. En el teatro Municipal, Los empeños de una casa, de sor Juana Inés de la Cruz (dirigida por Ignacio M. García), y una de las dos versiones de El perro del hortelano, de Lope de Vega, que se presentan: la primera, dirigida por Magüi Mira. La otra, de Hervé Petit, se presenta en francés en el patio de los Fúcares. Y en el Claustro de los Dominicos se presenta El escondido y la tapada, dirigida por Manel Canseco, y la coreografía de Antonio Gades con el Ballet Nacional de España sobre Fuenteovejuna.

Además de los clásicos castellanos, también están presentes en Almagro clásicos universales imprescindibles como Molière (El burgés gentilhombre), Racine (Fedra), Shakespeare (Macbeth) o Heinrich von Kleist (El cántaro roto).

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