Berlusconi cesa al secretario de Cultura que se enfrentó al ministro
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, destituyó ayer al crítico de arte y secretario de Estado de Cultura, Vittorio Sgarbi, por sus continuos enfrentamientos con el titular del ministerio, Giuliano Urbani, uno de los cerebros grises de Forza Italia, el partido de Berlusconi. Es la quinta 'baja' en el Ejecutivo italiano de centro-derecha que se constituyó hace un año.
El 'pulso' entre Urbani y Sgarbi -con intercambio de insultos incluido- ha quedado solapado con otra cuestión de mayor calado político: la aprobación de la ley que establece la sociedad Patrimonio, SA, que se encargará de vender en el futuro bienes culturales italianos que no sean de primera fila. Mientras Urbani, en sintonía con el ministro de Economía Giulio Tremonti, ha defendido el recurso al sector privado para proteger el incalculable patrimonio artístico italiano, Sgarbi adoptó una posición crítica con la ley, que le ha valido el aplauso de la oposición.
Sin embargo, las diferencias entre ambos políticos vienen de antiguo y nada tienen que ver con el patrimonio italiano. Sgarbi, de 50 años, una prima donna de la vida pública italiana,que se hizo famoso gracias a sus apariciones periódicas en televisión caracterizadas por la máxima agresividad verbal, se sintió desde el principio el verdadero ministro de Cultura. Urgido por la necesidad de demostrar sus criterios artísticos y su poder, Sgarbi ha viajado por el mundo y ha recorrido Italia de punta a cabo, siempre con una frase corrosiva en los labios. Tan pronto criticaba el proyecto de nuevo acceso al museo florentino de los Uffizi, como la nueva instalación para el Ara Pacis, en Roma, o al nuevo presidente de la Bienal de Venecia, reo de no haber elegido a los directores sugeridos por él.
