_
_
_
_
_

Lucrecia combina su sabrosura y la música electrónica en 'Agua'

La cantante cubana mezcla en su sexto disco ritmos bailables con temas intimistas

Amelia Castilla

Fue en el festival Sónar donde Lucrecia descubrió los sonidos electrónicos. 'Me sorprendió especialmente cómo vibraba el público sin una base vocal. Hasta ahora, mi voz se había supeditado a la sabrosura y a la música cubana, y he querido, partiendo de esa base, dar un giro hacia los elementos electrónicos y los sonidos sampleados', contó la cantante cubana, que ahora publica Agua (Dro), su sexto disco, con el que reaparece tras el nacimiento de su hijo, Jan.

Más información
La jungla electrónica
El rincón del sibarita

Su sistema de trabajo es el mismo que cuando era cantante de Anacaoma, el grupo femenino con el que llegó a España a principios de los noventa. Lucrecia, que estrena casa discográfica, fue componiendo temas hasta tener un paquete considerable de canciones que le gustaban y con ellas se presentó en la compañía. Hasta ahora, '¡agua!' era su grito de guerra cuando salía al escenario.

Siete de los diez temas del álbum son composiciones suyas, dos son de Federico Lladó, que, en palabras de Lucrecia, es como si fueran dos gotas de agua, y Háblame de amor, que la incorporó el director de la compañía. 'Estoy fascinada con la extensión vocal que supone el disco. Para mí fue decisivo poner mi voz con esa base electrónica', asegura la cantante, que en anteriores discos había realizado incursiones en el pop sin perder sus raíces cubanas. Lucrecia tuvo una formación musical clásica en Cuba -'La profesora nos decía que si tocábamos un tumbao al piano se nos deformaban los dedos'- y aprendió musica popular de su país gracias a una hepatitis que la dejó en casa durante meses. 'Me aburría tanto que empecé a sacar las cosas por mi cuenta'. Y así ha seguido. Lucrecia, a la que en ocasiones se ha comparado con Celia Cruz, considera que ese asunto ha quedado zanjado del todo: 'Lo hablé con ella en una rueda de prensa. Celia no tiene sucesora. Somos amigas e, incluso, me hubiera gustado que mi hijo naciera el mismo día de su cumpleaños, pero él no quiso'.

Para esta artista, cuyo nuevo disco no se venderá en Cuba, la irrupción en Europa de artistas como la Vieja Trova, Compay o Buenavista ha eclipsado en parte a la música que están haciendo los músicos jóvenes en Cuba y que ella denomina como pura 'candela'. Nada que ver con la música pausada, aunque plagada de picaresca, de la gerontocracia.

Trabajar como actriz

La cantante sigue luciendo sus trenzas de colores, pero en su caso el colorido no se limita al pelo. Todo, desde los zapatos, amarillos, hasta la camisa y el foulard, muestran una extensa paleta de tonos nada apagados. Lucrecia parece dispuesta a compartir la música con el cine si le hacen ofertas, como actriz o como autora de bandas sonoras. Miguel Albaladejo, con el que realizó uno de los monólogos de Ataque verbal, en el que se la veía en una bañera con una amante extranjera, la llamó para protagonizar Rencor, su nueva película. 'Acepté encantada, pero el proyecto se retrasó más de lo previsto y mi embarazo estaba muy avanzado cuando las cosas se aclararon. Otra vez será'.

En pleno rodaje nació su bebe, que ahora ha cumplido siete meses y del que, según acaba de descubrir, no puede separarse. Aprovechó un mínimo descanso en la promoción de Agua para subirse al puente aéreo y plantarse en Barcelona, donde vive desde 1992, para tenerle entre sus brazos. Nana Jan, el último tema de su nuevo disco, es para él. 'Lo grabamos antes de que naciera, son frases que le decíamos mi marido y yo cuando no había nacido. Al principio tenía miedo de que no encajara una nana tan clásica con el resto del trabajo, pero ahora me gusta'.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_