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A la espera del contraanálisis de Stefano Garzelli

Carlos Arribas

El Giro del dopaje prosigue tangente al Giro ciclista. En la etapa de ayer, víspera del contraanális de Stefano Garzelli, que puede suponer su eliminación de la carrera (y una inesperada reacción de su equipo, el Mapei), la crónica negra aceleró en Brescia. Cuando se iba a presentar al juzgado, voluntariamente, el prófugo Domenico Romano (el que faltaba del clan napolitano liderado por Varriale, aún encarcelado, y Figueras, investigado), dos policías se le echaron encima y le detuvieron. Se lo llevaron a comisaría y poco después le trasladaron al juzgado para que declarara ante el fiscal Mario Conte y el juez Roberto Spanò, quienes también interrogaron a Nicola Chesini, el maglia nera del Giro, detenido el viernes, quien apeló a su derecho a no declarar para no abrir la boca.

Más información
El italiano Garzelli, expulsado de la carrera al confirmar el contraanálisis su positivo

A quien se espera escuchar hoy con atención es a Armando Marzano, el policía suspendido que ya se encuentra en el calabozo de Brescia. Marzano, a quien se investiga desde hace un año, es, según los investigadores, la persona que liga a Varriale, Romano, Perfetto y Figueras con la camorra napolitana, la organización delictiva que ha encontrado en el dopaje deportivo un lucrativo filón para sus negocios. Marzano abastecía el supermercado del dopaje que junto al lago de Garda (la zona más densa de ciclistas de Italia) habían abierto Varriale y sus amigos napolitanos.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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