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El Gobierno catalán prepara una ley del taxi que abre la puerta al uso compartido de los vehículos

El usuario podrá elegir el coche que prefiera de los que estén en una parada

El taxi de Barcelona se prepara para acercarse al de El Cairo o Estambul. La ley que prepara el Gobierno catalán, cuyo proyecto obra en poder de los sindicatos del sector, prevé la posibilidad del taxi compartido, tanto en parada como en recorrido. El usuario sólo tendrá que pagar su asiento, pero deberá compartir el trayecto con otras personas. Un portavoz del Ejecutivo precisó que, aunque la ley no lo dice, la medida está pensada fundamentalmente para las poblaciones de montaña. La ley no ha sido remitida al Parlamento, pero sí al grupo de ERC.

El Gobierno catalán se ha procurado el apoyo de ERC y ha negociado el anteproyecto de ley del taxi con el diputado Carles Bonet, que no ha informado a todo el grupo. El también diputado republicano Jaume Oliveras aseguró a este diario que no sabía nada de este proyecto. 'No estoy ni a favor ni en contra de pactarlo, es que no tengo información', dijo. Tampoco han sido informados por el Gobierno el resto de los grupos de la oposición.

'Estamos negociando con el sector', afirmó un portavoz del Departamento de Política Territorial, del que depende el servicio del taxi en Cataluña, aunque también tienen competencias los ayuntamientos. El de Barcelona, del que depende el 90% de los coches, carece de información al respecto, aunque sí ha sido informado el Instituto Municipal de Taxi, según el Gobierno catalán.

Un informe del Sindicato del Taxi de Cataluña (Stac) destaca los siguientes aspectos: se abrirá la posibilidad de que haya taxis de hasta nueve plazas, se crearán licencias temporales, se permitirán empresas propietarias de hasta 50 vehículos (aunque el consejero de Política Territorial puede autorizar tantos como desee), las licencias dejarán de ser indefinidas, los usuarios no tendrán que pagar por el transporte de equipaje y en las paradas podrán elegir coche, y los vehículos podrán cobrar por plazas y alquilarlas a usuarios diferentes (taxi compartido).

Además, la nueva ley permite compatibilizar la profesión con otras y contratar asalariados a tiempo parcial para que el vehículo circule durante toda la jornada. Fuentes del Stac afirman: 'Se trata de volver al pasado, contratando policías, bomberos, guardias urbanos, conductores de autobús, y duplicar la flota porque las 10.500 licencias se traducirán en 21.000 conductores'.

Josep Maria Goñi, asesor del diputado de ERC Carles Bonet en materia de transporte, aseguró ayer que la mayoría de las asociaciones del taxi le han comunicado su conformidad con la ley.

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No son de la misma opinión los diputados socialistas Manel Nadal y Joan Ferran. El primero aseguró: 'La ley rompe el modelo catalán del taxi, basado en autónomos, y consagra las grandes compañías propietarias de licencias'. Uno y otro opinaron que el taxi compartido supone un 'modelo tercermundista' que sólo puede repercutir en un deterioro del servicio.

El portavoz de Política Territorial aseguró que, aunque no figure explícitamente en la ley, el taxi compartido está previsto para zonas de poca densidad demográfica y que exigirá la aprobación municipal.

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