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Reportaje:

'¿Por qué estoy en la cárcel?'

Amnistía Internacional denuncia la violación de derechos fundamentales de los 300 detenidos en EE UU por el 11-S

Más de 300 personas, en su mayoría de origen árabe o religión islámica, siguen encarceladas en Estados Unidos tras ser detenidas por su presunta relación con los atentados del 11 de septiembre.

'Llevo tres meses y medio aislado en una celda. ¿Por qué estoy en la cárcel? ¿Por qué en condiciones de máxima seguridad? ¿De qué me acusan? Nadie lo sabe. Tengo muchas preguntas y ninguna respuesta'. Muchos de los detenidos del 11-S comparten la incertidumbre de este recluso del Metropolitan Detention Center, de Nueva York, según un informe hecho público ayer por Amnistía Internacional, en el que denuncia la violación de los derechos fundamentales de los presos, entre ellos el derecho a la presunción de inocencia, el de estar informado del delito del que se les acusa y la detención arbitraria de la mayoría de ellos.

Entre los detenidos figura el egipcio Usama Salem Basiouny, que estuvo casado con la española María Saénz Jiménez. Su ex esposa no pudo comunicarse con su ex marido egipcio durante dos meses. A mediados de diciembre recibió por fin una llamada de Usama desde una cárcel de Carolina del Norte.

'Sobre muchos todavía no pesa ninguna acusación formal y llevan más de tres meses en prisión, algunos no tienen ni abogados de oficio y no les han dejado comunicarse con sus familias', explica Kamal Samari, un portavoz de AI en Londres.

Tras visitar dos de los centros donde se encuentran recluidos los detenidos del 11-S (en Nueva York y en Nueva Jersey), mantener decenas de entrevistas con ellos y con sus abogados, AI muestra su preocupación por las condiciones de confinamiento. 'Conviven en celdas con criminales que cumplen sentencia firme, les atan las manos para los interrogatorios y les hacen llevar grilletes en los pies, además se han detectado abusos físicos y verbales por parte de los funcionarios de prisiones', señala Samari.

El informe indica además, que muchos prisioneros han permanecido en la cárcel semanas y hasta meses después de que se hubiera expedido la orden de deportación a su país de origen. El diario The New York Times citaba fuentes oficiales el mes pasado que aseguraban que se retuvo a los detenidos, a pesar de que no se encontró ninguna prueba que los vinculara con los atentados del 11 de septiembre ni con la red de Al Qaeda. Entre 200 y 300 de los detenidos ya han sido deportados a sus países de origen.

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Visados caducados y otras violaciones de las leyes de inmigración estadounidense son los motivos que llevaron a la cárcel a muchos de los más de 1.200 detenidos a raíz de los atentados. Una vez en prisión, se les informó de que sus casos estaban siendo examinados por el FBI. Del más del millar de detenidos, sólo 93 han sido acusados de delitos penales, ninguno de ellos relacionado con los atentados, según AI, que denuncia el secretismo del Gobierno de EE UU.

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