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Reportaje:

El peligro de jugar a la ruleta japonesa

Los préstamos hipotecarios en yenes llevan consigo un elevado riesgo de pérdidas

El yen goza de un especial magnetismo entre el público en materia de préstamos. Los bajos tipos de interés de la moneda japonesa y la permanente sombra de depreciación que pesa sobre esta divisa fascina a un sector de la clientela de bancos y cajas. Sobre todo en la financiación hipotecaria. La realidad muestra un panorama bien distinto: el atractivo de unos tipos más bajos no compensa el alto riesgo de aumento de la deuda por una apreciación del yen. En los próximos meses su cambio puede fluctuar el 15%.

El coste de un crédito en yenes es 2,5 puntos más barato que en euros, pero no compensa el riesgo de revalorización de la moneda japonesa

La banca española cuenta con créditos en yenes en el menú de servicios que ofrece a sus clientes. Instituciones como Santander Central Hispano (SCH), Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), Caja Madrid, Bankinter o Banco Zaragozano, entre otras, disponen de créditos en la divisa japonesa. Pero tienen muy claro que este producto es una especie de ruleta rusa financiera, ante la que unos ganan y la mayoría sucumbe.

'Nosotros no hacemos campaña activa de nuestros créditos en yenes por el alto riesgo que supone para los clientes', aseguran fuentes de Bankinter. La entidad mantiene este producto en su cartera de préstamos para los casos en que determinados particulares puedan solicitarlo.

Endeudarse en yenes constituye en este momento una operación de alto riesgo. La diferencia entre el tipo de interés de los préstamos en moneda japonesa respecto al aplicado en las operaciones en euros no compensa el peligro que supondría una súbita apreciación del yen, que encarecería la deuda en su contravalor a euros.

Los préstamos hipotecarios referenciados al euribor (el precio del dinero en la banca europea) tienen un coste en el entorno del 4,5% (3,5% corresponde al euribor y otro punto de margen de ganancia de las instituciones financieras). El precio de los préstamos en yenes se sitúa en una media del 2% (el tipo del yen está al 0,07% para estas operaciones y el margen de ganancia de la entidad ronda los dos puntos).

Coste del crédito

El coste de un crédito en yenes es 2,5 puntos más barato que en euros, pero ello no compensa ni de lejos el peligro de una eventual apreciación del yen. En cuanto la divisa se revalorice el 2,5%, el yen torna su atractivo en pesadilla. Una apreciación de este calibre encarecería un préstamo de 120.000 euros (unos 20 millones de pesetas) en 3.000 euros (unas 500.000 pesetas). Lo que gana el cliente por tipos más económicos es el umbral de lo que puede revalorizarse la moneda en la que se endeuda antes de que el préstamo se convierta en un fracaso.

'Tomar un préstamo en yenes es una operación excesivamente arriesgada. El yen puede fluctuar el 15% en los próximos 12 meses, y esto desaconseja la operación si se tiene en cuenta que el diferencial entre endeudarse en yenes o en euros se sitúa en el 2,5%', advierte David Cano, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Cano señala, sin embargo, que, si se trata de una operación especulativa, el yen es la moneda idónea. 'Puedes jugar la baza de su depreciación, pero los riesgos son altísimos', explica.

Los grandes bancos sólo formalizan préstamos en yenes para los clientes que lo solicitan expresamente, indican diversas fuentes. 'No se recomiendan estas operaciones, por lo que su saldo no es representativo en relación a la cartera de préstamos del banco', señalan.

'El volumen de préstamos abiertos en yenes es irrisorio respecto a los 50 billones de pesetas que maneja la banca en su cartera crediticia. No creo que superen los 5.000 millones de pesetas', indica Gregorio Mayayo, presidente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE). El pronunciamiento de Mayayo al respecto resulta aún más concluyente: 'Nosotros tenemos una guía hipotecaria en la que advertimos sobre el riesgo del tipo de cambio en estos préstamos'.

'Éste es un producto para un cliente muy experto y conocedor del mercado. Ahora no interesa por dos razones, porque el euro se encuentra débil y porque el yen no atraviesa su mejor momento. Cuando la divisa está muy apreciada es más probable que sufra una caída que rebaje nuestro endeudamiento en su contravalor en euros, lo que no sucede ahora', indican fuentes de Caja Madrid.

Una posibilidad de que dispone el cliente para anular el riesgo de apreciación de la moneda en que está endeudado es asegurar el tipo de cambio, pero el coste de esta alternativa disminuye la diferencia de intereses entre las distintas monedas, aseguran fuentes del BBVA.

Un seguro de cambio consiste en la compra de una moneda a una fecha futura, pagando en ese momento el cambio de la divisa que el mercado prevé que existirá en la fecha de abono de la operación.

Estas mismas fuentes señalan que el riesgo de los préstamos en divisas es tal que la propia Orden sobre Transparencia de las condiciones financieras de los préstamos hipotecarios, de mayo de 1994, obliga al notario a advertir al prestatario (el cliente) sobre el riesgo de fluctuación del tipo de cambio cuando la operación se formaliza en divisas.

Experiencia de los ochenta

El yen ya provocó una polémica de escándalo a mediados de los años ochenta. Muchos empresarios vieron el filón de invertir en la moneda japonesa a un coste cercano al 10% cuando los préstamos en pesetas se encontraban en niveles próximos al 20%. Un movimiento de rápida apreciación del yen les dejó casi con lo puesto. Un nutrido grupo de industriales valencianos, entre otros, se vio envuelto en aquella situación que provocó quiebras empresariales.

Más cerca en el tiempo, a comienzos de la pasada década, algunas entidades se lanzaron a comercializar créditos en ecus, la moneda precursora del euro. La oportunidad del momento, en plena fase de liberalización de los movimientos de capitales, chocó con una realidad aplastante. En seis meses, la peseta comenzó a depreciarse a plomo. Después de cuatro devaluaciones, la moneda española perdió cerca del 35% de su valor y los clientes que tomaron préstamos en ecus sufrieron un encarecimiento de sus préstamos en la misma cuantía.

Para los próximos meses, el mercado espera que la divisa japonesa se deprecie desde los 116 hasta los 123 yenes por dólar, indica David Cano, de AFI. 'Pero a partir del próximo año volverá a apreciarse', señala este experto.

En cualquier caso, la economía japonesa es una caja de sorpresas. Después de una trayectoria imparable de casi medio siglo, se vio inmersa en la recesión más importante que ha vivido una economía desarrollada en el último siglo. Las compras especulativas de inmuebles por parte de la banca japonesa condujo al estallido de una crisis que ha provocado quiebras en cadena de empresas y bancos. Y lo que es peor, el estrangulamiento del crédito: la banca no tiene dinero para prestar, por lo que se ve incapaz de financiar el consumo y la inversión. Esta falta de fuelle de la banca es lo que ha llevado al banco central japonés a situar los tipos de interés en los niveles más bajos de la historia. El futuro de esta economía sigue siendo incierto, pero la prolongada crisis siempre hace temer una salida que apreciaría al yen de una forma vertiginosa.

Evolución de la cotización dólar-yen en una sesión del mercado de Tokio
Evolución de la cotización dólar-yen en una sesión del mercado de TokioA.P.

Con la lupa en la mano

Bancos y cajas no suelen ofrecer préstamos específicos en yenes. El producto habitual es el crédito multidivisa. Esta modalidad de endeudamiento permite al cliente la posibilidad de cambiar de divisa en los casos en los que el panorama se ponga feo. - Los préstamos son a tipo de interés variable. La referencia que se toma es el libor (tipo de interés en el mercado interbancario de Londres, de la divisa correspondiente). - El plazo de amortización es más corto. Cuando el habitual préstamo en euros puede alcanzar los 30 años, en divisas se suele suscribir a vencimiento entre 15 y 20 años. - Revisión del tipo de interés. Suele hacerse cada tres meses, permitiéndose al cliente cambiar de divisa en ese momento. - El importe a financiar es menor que en préstamos en euros. En éstos, todas las entidades conceden hasta el 80% del valor de tasación de la vivienda, mientras que en divisa oscila entre el 60% y el 80%, dependiendo de cada institución. - Las cuotas están sujetas a comisión de cambio de divisas. Ésta alcanza hasta el 2% en alguna institución financiera.

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