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Tribuna
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El positivo evitable de Johann Muehlegg

El autor, miembro de la comisión médica del COI, recuerda que en el laboratorio de Barcelona, que él dirige, se pueden detectar la NESP y la EPO, pero que el Consejo Superior de Deportes no ha creído necesario hacer análisis previos a los Juegos Olímpicos.

Cualquier persona relacionada con el deporte conoce que le eritropoietina (EPO) y las sustancias emparentadas con ella constituyen actualmente la máxima amenaza para el juego limpio. Su capacidad de aumentar el número de glóbulos rojos permite una mayor llegada de oxígeno a los músculos en ejercicio y pueden ser usadas antirreglamentariamente en deportes de esfuerzo. La puesta en marcha de métodos de control antidopaje para detectar el abuso de EPO es una prioridad absoluta para los laboratorios antidopaje.

España cuenta con dos centros antidopaje acreditados por el COI, homologados por el Estado y sujetos a las máximas normas internacionales de calidad. El laboratorio acreditado del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-IMAS) de Barcelona puso en marcha el primer semestre de 2001 la metodología necesaria para detectar la EPO y sustancias relacionadas. Conocedor de que durante varios meses no existiría dicha posibilidad en ningún otro centro español, informó oficialmente al Consejo Superior de Deportes (CSD) en el verano de 2001 de la total disponibilidad del IMIM-IMAS para desarrollar análisis de EPO en deportistas españoles cuando ello fuera necesario.

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No parece exagerado indicar que la participación de deportistas españoles que pueden ganar varias medallas de oro en unos Juegos Olímpicos debería ser motivo más que suficiente para tomar las precauciones necesarias. A pesar de ello, ninguna petición de análisis de EPO y sustancias relacionadas llegó al laboratorio del IMIM-IMAS desde los organismos deportivos españoles. Ni siquiera la comercialización en España y potencial abuso de la nueva EPO de eliminación lenta (darbepoetina, también conocida como NESP o Aranesp), fue motivo suficiente para encargar los análisis pertinentes. Los deportistas olímpicos, sin embargo, sí que fueron sometidos por el propio CSD a controles de sustancias dopantes convencionales, de menor probabilidad real de abuso.

La poca transparencia en la adjudicación del control antidopaje en nuestro país ha jugado en contra de una imagen internacional que debería estar por encima de posiciones excluyentes injustificadas. La detección precoz de resultados presuntamente positivos al test de EPO y NESP hubiera permitido evitar el bochorno internacional actual. El daño producido a la imagen de honestidad del deporte español puede tener consecuencias muy negativas para grandes proyectos de futuro, algunos de ellos relacionados precisamente con candidaturas olímpicas. Alguien debería responsabilizarse por ello.

Jordi Segura es director del laboratorio antidopaje acreditado IMIM-IMAS y secretario de la subcomisión antidopaje del COI.

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