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AL VOLANTE | PRUEBA
Columna
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Potente y silencioso

A pesar de su imagen clásica, el Tribute es un 4×4 ligero de carácter tranquilo, como exige el mercado norteamericano: línea actual y cilindrada generosa para viajar.

El 4×4 ligero más potente

Este Mazda destaca por el motor 3.0 V6 (197 CV), el más potente entre los todoterrenos ligeros, y con un tacto refinado y agradable. Pero, aparte de la potencia, responde con gran elasticidad desde muy bajo régimen, sube de vueltas con brío y permite viajar a punta de acelerador con ritmos más altos de lo habitual en estos coches.

El punto flaco es el cambio automático de sólo cuatro marchas, que limita su agrado de conducción, prestaciones y consumos: se acciona con una palanca situada en el volante, una solución ya superada. Además, tiene un escalonamiento muy abierto, sobre todo entre segunda y tercera, que le hace ir cambiando continuamente en los viajes y molesta cuando no se circula a ritmos constantes (subidas, zonas viradas...). En contrapartida, es cómodo en trazados rápidos: permite pasar de cuarta a tercera, y viceversa, pulsando un botón en la palanca que activa o desconecta la marcha más larga (overdrive). Y cambia con suavidad, aunque no ayuda a reducir unos consumos poco austeros: de 11 a 12 litros a ritmos tranquilos, y entre 15 y 16 en ciudad, conducción rápida y en el campo.

Suspensiones de asfalto

El Tribute es un 4×4 pensado para el asfalto. Los recorridos cortos de sus suspensiones independientes buscan reducir el balanceo lateral, aportan una respuesta ágil y precisa en curva y ofrecen un buen confort. Cumple en casi todo, porque tiene un comportamiento dinámico muy logrado, con aplomo, agilidad y una sensación de solidez que mantiene incluso fuera del asfalto. Por ello se viaja con la comodidad y silencio de un turismo de su tamaño. Además, los frenos paran bien e incluyen un ABS corrrecto.

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A pesar de no estar diseñado para el campo, su potente motor y el cambio automático hacen fácil la conducción en todas partes. La tracción 4×4 inteligente reparte muy bien la potencia a las ruedas, con adherencia en zonas con poco agarre. Y aunque no lleva reductora, se puede bloquear el diferencial central con una tecla, y gracias a su elasticidad logra superar subidas fuertes o resbaladizas.

El Tribute es un coche sólido y robusto, tanto en asfalto como en tierra, y se adapta a cualquier uso con las limitaciones de la altura al suelo, algo justa para el campo.

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