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Entrevista:JUAN A. ORTEGA Y DÍAZ-AMBRONA | Ex ministro de Educación | DIAGNÓSTICO DE LA SECUNDARIA

'No debería haber itinerarios a edades muy tempranas'

Cuáles serían sus principales líneas de actuación si fuera ministro de Educación? Para responder a esta pregunta, Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona empieza dar su opinión sobre los modos de actuar. Dice que enemigo de las reformas frecuentes y asistemáticas de las leyes y 'del penelopismo de un incesante tejer y destejer', pero que está 'totalmente de acuerdo con abordar el problema de la educación de calidad y de la mejora de la calidad en la educación secundaria'. Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona asegura que ése es 'el gran objetivo actual una vez conseguida la plena escolarización'. Y conoce bien la situación y su evolución. Ortega y Díaz-Ambrona fue ministro de Educación con UCD y en 1998 presidió la Comisión de Humanidades que, con el objeto de realizar un dictamen, desgranó los problemas y necesidades de la educación española de cara al futuro.

'En la repetición de curso, hay que dar margen a la decisión de los profesores'

Pregunta. ¿Qué medidas son las que hacen mejorar la calidad de la educación?

Respuesta. Comprende el mejoramiento sistemático de todos los factores que intervienen en el proceso educativo: formación de los profesores, funcionamiento de los centros, mejores libros de texto y, en suma, mayor rendimiento en el aprendizaje.

P. Usted es muy crítico con la politización de las reformas.

R. Sí, me parece lamentable la politización partidista de la discusión sobre la calidad. Es estéril, desde el punto de vista educativo, una polémica reducida a ser arma arrojadiza entre partidos para su denigración recíproca. No sé por qué puede haber un pacto sobre el terrorismo, la Justicia, o sobre las pensiones y no sobre las líneas maestras de la educación. Es una pena.

P. ¿Está de acuerdo con que se recupere la reválida?

R. Creo adecuado introducir en España una prueba o examen de certificación al final del bachillerato que posibilite el seguimiento de estudios superiores. Es ésta una fórmula vigente en toda la UE con las solas excepciones de Bélgica, Suecia y España. No deberíamos ser en esto una excepción en Europa. El problema no radica tanto en la introducción de esta prueba, sino en el modo de concebirla. No es conveniente configurar esa prueba como 'reválida' o 'examen de Estado' en el sentido antiguo. No se trataría tanto de revalidar los conocimientos como de medirlos o certificarlos. Hay que evitar el doble control sucesivo y agobiante. Debe ser una prueba que mida y certifique, con participación externa al centro en el que se estudia, el nivel de los conocimientos del alumno según criterios más amplios. Y para el resultado de la prueba habría que ponderar también la trayectoria del alumno en el centro. No debe ser una lotería y en la inmensa mayoría de los casos, si es superada, debería ser suficiente para pasar a los estudios superiores sin un control adicional obligatorio.

P. El problema es qué pasará con los alumnos que por quedar debajo de nivel certificado no puedan acceder a la FP superior y a la Universidad.

R. Hay que analizar ese problema y alumbrar salidas positivas para esos estudiantes, partiendo de que la enseñanza superior no ha de ser la única salida normal.

P. ¿Cree que aumentar las repeticiones de curso permitidas en secundaria es una solución?

R. Las fórmulas existentes en la UE sobre la repeticion de curso en secundaria oscilan entre los países que la conciben como solución normal cuando no se han alcanzado los mínimos de rendimiento académico (los que siguen el modelo alemán y otros como Francia) y aquellos otros (entre los que está España, los países nórdicos y el Reino Unido) en los que la repetición es más bien excepcional. Para solucionar este problema yo no creo en fórmulas únicas y rígidas. La regla de la promoción automática en los niveles secundarios es sabido que no da buenos resultados y, en realidad, ni siquiera se aplica en los términos que a veces se critica. Hay que dar margen a la decisión del conjunto de los profesores en los centros y de los cursos e informar con antelación a los padres.

P. ¿Cree justificado que se divida a los niños en itinerarios a los 14 años según su rendimiento?

R. Tampoco en los itinerarios creo que deba haber soluciones rígidas, imperativas y únicas. Los itinerarios encuentran su justificación en una optimización global y también individual de la enseñanza. No debería establecerse a edades muy tempranas ni ser irreversibles. Los itinerarios pueden mejorar el rendimiento de la enseñanza (y de hecho lo hacen) si están bien concebidos para obtener el mejor yo de los alumnos. El problema se hace más difícil en muchos centros en los que aparece con fuerza el multiculturalismo, y en los que hay que recibir el impacto de una inmigración cada vez más intensa. El problema es máximo frente a algunos alumnos que, en realidad, no quieren permanecer en el sistema.

P. Dígame un elemento que influya en la calidad educativa que no se haya tenido en cuenta.

R. Otro elemento decisivo para la calidad de la enseñanza es el de los libros de texto y el material didáctico. Me preocupa el obstáculo que para la difusión de buenos libros de texto, con costes razonables, representan los residuos de autorización previa (o si se quiere de censura previa) que se reservan algunas administraciones educativas y que de hecho impiden grandes tiradas de libros de calidad. Este sistema debería substituirse por otro tipo de supervisión a posteriori.Educación

El ex ministro de Educación Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona, en su despacho.
El ex ministro de Educación Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona, en su despacho.LUIS MAGÁN

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