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Zaplana asume que no será presidente del Comité de Regiones en el primer período

El presidente enfría su discurso y afirma que también sería un honor ser vicepresidente

El presidente del Consell, Eduardo Zaplana, aseguró ayer en Madrid que si no es elegido presidente del Comité de Regiones (CdR), sería un honor para él ocupar la vicepresidencia primera de este organismo europeo. Zaplana daba así por hecho que el pacto alcanzado entre el Partido Popular Europeo (PPE) y el Partido de los Socialistas Europeos (PSE) para anticipar al primer período su presidencia en el CdR está roto, con lo que, salvo sorpresas de última hora, el día 6 de febrero se tendría que conformar con la vicepresidencia.

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La posición del Grupo Socialista Europeo, que ayer ratificó a su candidato, el laborista Albert Bore, a la presidencia del CdR es innegociable. A ellos corresponde ocupar la primera parte de presidencia en este organismo, tradicionalmente repartida entre los dos partidos mayoritarios, puesto que ahora acaba el mandato con un presidente del PPE. Además, el PSE cuenta en el CdR con más miembros (90) que el PPE (86), frente a los 30 liberales cuya disciplina de voto es bastante heterodoxa. El Grupo Socialista Europeo, que sin embargo confía en que todavía es posible alcanzar el consenso con todos los grupos para que sea el candidato socialista quien inicie la presidencia que empieza el próximo 6 de febrero, está dispuesto a ir al pleno y que sea éste quien decida si los partidos no logran ponerse de acuerdo antes.

La situación ha desbaratado la progresión de acontecimientos diseñada por el Partido Popular para Eduardo Zaplana, quien a mediados de noviembre de 2001 acudió a Bruselas para que los eurodiputados Alejandro Agag y Gerardo Galeote le comunicaran que los otros tres candidatos populares al organismo se retirarían en beneficio suyo, y a él correspondía abrir la presidencia en febrero de 2002. Entonces Zaplana pidió una comparecencia urgente en las Cortes Valencianas para explicar la 'trascendencia' y la 'gran importancia' para la Comunidad Valenciana de que la presidencia del CdR recayese sobre él mismo. Y el 20 de noviembre comunicó en el hemiciclo su condición de candidato a la presidencia en el primer período, a la vez que defendió ante el pleno la necesidad de dotar de un mayor peso institucional a las regiones en la toma de decisiones de la Unión Europea. Zaplana, que también acaba de ser ratificado por el PPE como candidato al organismo europeo, ha buscado en los últimos días el apoyo de Convergència i Unió a través de Jordi Pujol para que use sus influencias con los liberales, sin embargo la nueva realidad ha forzado al presidente del Consell a enfriar su discurso y a asumir que puede no presidir el CdR entre 2002 y 2004, como pretendía, coincidiendo con la presidencia española de la UE y simultanendo la presidencia de la Generalitat.

Pero, ¿qué ha pasado para que el PSE haya roto el pacto de caballeros que tenía con el PPE para cambiar la alternancia y que fuera el candidato popular quien ocupara el primer período? ¿Por qué ahora el PSE no quiere que el alcalde de Birmingham, que es su candidato, sea quien cierre el mandato de 2004 a 2006? La clave se encuentra en la presidencia del Parlamento Europeo, que al igual que el resto de presidencias comunitarias se fragmenta en dos turnos y se reparte entre el PSE y el PPE.

A principios del pasado mes de enero el presidente del Grupo Socialista, el español Enrique Barón había tratado de alterar el orden de estos turnos en beneficio del eurodiputado socialista y ex presidente portugués Mario Soares. Por una parte trataba de dar una salida institucional al ex presidente luso, que se sencuentra enfermo y acarrea con la caída electoral del Partido Socialista Portugés. Y por la otra, pagaba la factura política a los portugueses, que le habían dado su decisivo apoyo en la elección de presidente del grupo parlamentario. Sin embargo, las intenciones de Barón chocaron con los intereses del PPE, provocando una situación sin salida.

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El resultado de este desencuentro se saldó con una ruptura entre los partidos mayoritarios, y los populares europeos buscaron el apoyo parlamentario de los liberales (52 de los 626 escaños). Como consecuencia, el 15 de enero el liberal irlandés Pat Cox obtuvo la presidencia que pretendía Barón para Soares, dejando a los socialistas fuera del reparto. No sólo no presidirán ninguno de los dos turnos, sino que además pierden una de las seis vicepresidencias que tenían y cambian la influyente Comisión de Política Social por la de Cultura.

La reacción del PSE, alimentada desde España por algunos barones como Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien ha mantenido un pulso judicial con Zaplana, no se ha hecho esperar. La ruptura del pacto en el CdR convierte al presidente de la Generalitat en víctima de su discurso.

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