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EE UU investiga a los grandes estudios de cine por prácticas de monopolio en Internet

El Departamento de Justicia indaga a AOL Time-Warner, Vivendi Universal y Sony, entre otras

Primero fue la música, ahora es el cine. Aunque Internet no atraviesa sus mejores momentos, Hollywood ya está tomando posiciones para acaparar la distribución de sus películas en la Red. Antes de que las dos plataformas creadas por los grandes estudios, Movies.com y MovieFly, se conviertan en una realidad ineludible y controlen el mercado, el Departamento de Justicia ha lanzado una investigación por una posible violación de la legislación antimonopolio sobre los grandes de Hollywood, incluyendo a AOL Time-Warner, Vivendi Universal y Sony.

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El Departamento de Justicia quiere averiguar si el acuerdo 'puede reducir la competencia y favorecer la creación de un monopolio en el mercado del vídeo y otros productos relacionados con el cine', según explica un documento publicado por The Wall Street Journal.

Ninguna de las dos plataformas distribuye todavía películas, aunque planean hacerlo en breve. Movies.com, un proyecto de Disney y News Corp, del magnate australiano Rupert Murdoch (proprietario, entre otros, de los estudios 20th Century Fox), es una página web con noticias de cine y horarios de espectáculos. MovieFly es un servicio creado por Sony, AOL Time-Warner, Vivendi Universal y Metro-Goldwyn-Mayer. Ambas han anunciado que empezarán a funcionar el año que viene.

El Gobierno norteamericano teme que los grandes abusen de su poder para limitar la difusión de películas de otras productoras o les cobren peajes abusivos para ponerlas en la Red. Movies.com sólo distribuirá sus productos por Internet hasta que éstos estén disponibles en el mercado, en cintas, DVD o por el sistema pago por visión que ofrecen todos los distribuidores por cable.

El dialogo, por ahora, parece fluido. Los propios estudios hicieron un amago de acercamiento el pasado verano, cuando empezaron a poner en pie sus proyectos. Aunque históricamente la industria del cine en California ha estado más cerca del Partido Demócrata que del Republicano, ahora mismo las relaciones entre Hollywood y Washington no pasan por un mal momento. La meca del cine se ha ofrecido voluntaria para ayudar en el esfuerzo de propaganda de guerra, una iniciativa muy patriótica que, sin duda, será recompensada. De todas formas, la investigación por prácticas monopolísticas contra Hollywood lanzada por Washington contrasta con la benevolente actitud que el Gobierno de George Bush ha tomado con el caso Microsoft, y que prácticamente ha supuesto el fin del enfrentamiento en los tribunales con la empresa de Bill Gates iniciado por el Ejecutivo de Bill Clinton.

Independientemente de los problemas legales, todavía existen grandes inconvenientes técnicos para la distribución de películas, vídeos o imágenes en general por la Red. Una película puede tardar al menos 20 minutos en descargarse desde la Red al ordenador con una conexión de banda ancha, que, además, apenas llega al 8% de los consumidores de Internet en Estados Unidos.

Eso sin contar con los riesgos de la piratería. Las amargas lecciones de la difusión de música por Internet, un formato mucho más sencillo y manejable, no son muy alentadoras. Desde que Napster, el servidor pirata comprado y legalizado por el grupo de comunicación alemán Bertelsmann, cerrara definitivamente el pasado julio, sus millones de fans se han dispersado por la Red en vez de dirigirse hacia las dos plataformas recientemente creadas por la industria, MusicNet y Pressplay.

El fin de Napster

Napster fue el primero en descubrir el enorme potencial de los cibernautas musicales. Inventado por un estudiante norteamericano, permitía descargar gratuitamente cualquier archivo musical desde la Red. Tras una larga batalla en los tribunales, las grandes discográficas consiguieron cerrarla, acusando al servidor de violar los derechos de autor.

Tras su victoria legal, la industria acaba de lanzar este mes dos plataformas que por una suscripción de entre 4.000 y 10.000 pesetas permiten descargar los títulos de sus catálogos. MusicNett agrupa a Warner Music (una filial de AOL Time- Warner), Bertelsmann y Emi. Pressplay, una iniciativa de Sony y Vivendi, permite además grabar las canciones en un CD o en formato MP3.

El Departamento de Justicia también está investigando estas dos páginas web para evitar que las grandes discográficas monopolicen la música por Internet.

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