_
_
_
_
_

Rusia se asocia con la OTAN sin contar con derecho a veto

Un nuevo organismo fijará la relación entre los 19 socios y Moscú

La OTAN y Rusia acordaron ayer iniciar negociaciones para crear un nuevo órgano de codecisión sobre cuestiones de interés común y afrontar las nuevas amenazas a su seguridad, pero los rusos no tendrán poder de veto. Si eso significa una vía para un futuro ingreso en la OTAN, el tiempo dirá. De momento, las dos partes lo excluyen. Moscú insiste en oponerse a la entrada de los países bálticos en la OTAN.

Más información
Putin, amenazado por el síndrome de Gorbachov
La euforia deja paso al realismo en las relaciones Washington-Moscú

Moscú insiste en que la entrada de los países bálticos y del Este europeo a la Alianza Atlántica no ofrece ventajas para nadie. 'Pregunten a cualquier ciudadano de un país de la OTAN si se sentirá más seguro con la entrada de esos países. Seguro que dirá que no. Pero la respuesta sería distinta si sabe que Rusia va a trabajar conjunta y eficazmente con el bloque atlántico', ha manifestado el presidente ruso, Vladímir Putin, durante su actual visita a Grecia.

De momento, su ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, tuvo ayer en Bruselas la oportunidad de sentarse como uno más, entre sus homólogos de Portugal y España, durante la reunión ordinaria del llamado Consejo Conjunto Permanente (CCP), el órgano de consulta que ha guiado desde 1997 las relaciones entre la OTAN y Rusia y que acaba de recibir el certificado de defunción por no responder a las expectativas previstas.

El nuevo órgano debería estar ya funcionando el próximo mayo, en la reunión ministerial de Reikiavik. La agenda de temas de discusión no se limitará al terrorismo, pese a ser actualmente la mayor preocupación mutua, sino también a consultas sobre misiones de mantenimiento de la paz, control y no proliferación de armamento, defensa antimisiles, cooperación militar y planes de protección civil.

Moscú quiere que no se pierda mucho tiempo. Tampoco Tony Blair, convertido tras el 11 de septiembre en el principal promotor de dar un giro revolucionario a las relaciones con Moscú. Más cautela muestran los tres antiguos miembros del Pacto de Varsovia, hoy socios de la Alianza Atlántica: Hungría, Polonia y República Checa. Estados Unidos da una de cal y otra de arena. El Departamento de Estado apoya sin reservas la integración de los rusos. Así lo ha dejado ver Colin Powell en Bruselas, mientras que el Pentágono se pregunta qué hay detrás.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Según Ivanov, detrás no hay más que el deseo ruso de asumir mayor compromiso en las relaciones con el bloque atlántico y de afrontar juntos cuestiones de seguridad dentro del respeto mutuo. 'No escondemos nada, ni pretendemos poner obstáculos a la futura ampliación', dijo ayer el jefe de la diplomacia rusa, pese a recordar la postura desfavorable de Moscú al ingreso de nuevos países. 'En la situación actual, una ampliación mecánica no va a ser la solución para garantizar la seguridad. Hay que encontrar una nueva vía de solución. Si estamos unidos por una voluntad política de que existe una amenaza común, debemos trabajar juntos', explicó.

'Rusia va a ser un aliado que, en términos políticos, va a ser considerado en igualdad con los 19 socios de la Alianza Atlántica', manifestó por su parte el ministro español de Exteriores, Josep Piqué.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_