_
_
_
_
_

Duran y Pujol mantienen el pulso por la cartera que se quedará Unió

Medio Ambiente y Bienestar Social, principales candidatas

El pulso entre Jordi Pujol y Josep Antoni Duran Lleida sobre cuál será la cuarta cartera que corresponderá a Unió lleva camino de eternizarse. El escollo no es menor: se trata de saber si UDC da luz verde para que el actual consejero de Medio Ambiente, Felip Puig, sea el encargado de codirigir la futura coalición ya federalizada con Duran Lleida, y si a su vez Pujol y su partido aceptan que los democristianos se queden con una cartera mayor.

Los intentos han sido diversos. Pasadas las diez de la noche de ayer, ambos políticos se encontraban reunidos en el Palau de la Generalitat con el fin de hallar solución a un asunto que amenaza con meter a la coalición en el túnel del tiempo y conducirla a épocas en las que la tensión entre convergentes y democristianos estaba a flor de piel. Desde CDC siempre se ha querido insistir en que la mejor solución era que el Departamento de Cultura pasase a a manos de Unió. Con ello, su actual titular, Jordi Vilajoana, pasaba a ser sucesor del actual delegado del Gobierno de la Generalitat, Josep Gomis. Pero a Unió la oferta la parecía insuficiente. Y ahí empezó el órdago de Duran, que puso sobre la mesa al actual director general de Administración Local, Ramon Espadaler, un valor en alza en el partido y hombre de reconocida solvencia política.

Duran quería además que se determinase quién encabezará la lista de CiU al Ayuntamiento de Barcelona en las próximas municipales. Con ello el líder democristiano quería saber a quién corresponderá ir de número uno en la lista de CiU en las próximas elecciones generales, ya que según el pacto de federación -que se suscribirá el próximo 2 de diciembre- quien sea cabeza de lista en las legislativas no lo será en las municipales.

Con estas cartas sobre la mesa y con el interés de Duran por presentarse con las papeletas resueltas a la cena que celebrará con la militancia de UDC el próximo viernes con motivo del 70º aniversario de Unió, se han ensayado diversas reuniones. Sin embargo, dentro de la coalición a nadie se le escapa que, aunque todo parece estar atado, la resolución de la quinta crisis del Gobierno de Pujol en esta legislatura pondrá a prueba la flexibilidad de una coalición que quiere comenzar su andadura como federación, pero que no ha enterrado los tics del pasado. El mayoritario refrendo a la federación por parte de la militancia de ambos partidos no evita que afloren desconfianzas y tensiones.

Para Convergència es determinante el papel que se le dé a Puig dentro de la futura federación. El actual consejero de Medio Ambiente es uno de los activos más importantes con que cuenta CDC y hombre que goza de apoyo en el sector soberanista del partido, un ala mayoritaria en la formación. Puig es además un dirigente de gran influencia, bien relacionado con el núcleo familiar de Pujol y especialmente con su hijo mayor, Jordi. Pero el afecto de que es objeto por parte de sus compañeros de partido se troca en desconfianza cuando se trata de los militantes democristianos. Ayer se especulaba con que Medio Ambiente iba a ser para UDC y que Puig entraría en un periodo de espera. De momento se ocuparía de los asuntos de Convergència y del comité electoral, pero siempre actuando en la jurisdicción de su partido, no de la federación. Un alto dirigente de Unió sostenía anoche: 'Es muy dificil que acabemos aceptando a Puig como secretario general adjunto de la coalición'. Desde UDC también se criticaba cómo se había llevado esta crisis de gobierno, 'apurando hasta el último momento'. 'Si nosotros hemos puesto confianza en Artur Mas, ahora ellos deben hacer lo propio con Duran', subrayaba la citada fuente.

El lunes, nombramiento

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Los convergentes, por su parte, consideraban excesivo que la cuarta cartera para UDC fuese Medio Ambiente, 'cuando el peso de la coalición lo llevamos nosotros', aseguraba un dirigente. Sea como fuere, las declaraciones públicas no salían de tono y nadie quería volver a los viejos tiempos, a los enfrentamientos fratricidas entre convergentes y democristianos.

Lo que sí está claro es el candidato para entrar en el Gobierno catalán: Ramon Espadaler, nacido en Vic en 1963, secretario general de Unió y director general de Administración local. El decreto de nombramiento se promulgará el lunes, y el martes Espadaler ya participará en el próximo Consell Executiu de la Generalitat.

Mientras el pulso continuaba, el líder del PP, Alberto Fernández Díaz, pidió ayer a Jordi Pujol que 'piense en los intereses de Cataluña y no en los de CiU' cuando afronte la renovación del Gobierno autónomo, una cuestión que ha criticado porque 'llevan dos meses especulando, y eso ha llevado a la debilidad política de muchos consejeros', declaró Fernández Díaz a Efe.

Desde que Pujol decidió hace unos meses hacer cambios en el Ejecutivo catalán para reequilibrar las fuerzas de la coalición, diferentes dirigentes nacionalistas han especulado acerca del departamento que puede pasar a manos democristianas; entre ellos se han citado Sanidad, Cultura, Medio Ambiente, Enseñanza y Bienestar Social. 'El PP reclama un Gobierno con empuje y no interino, como se ha visto abocado [el actual] por el retraso a la hora de efectuar los cambios', agregó Fernández Díaz, quien dijo que 'CiU ha hecho de una cuestión interna una crisis de gobierno'. A juicio del presidente del PP, 'esta situación ha llevado a la cuerda floja a muchos consejeros', situación frente a la que el líder popular ha pedido a Pujol que 'afronte de una vez la renovación gubernamental, y piense qué es lo que más le conviene al interés general y no supedite la decisión a los intereses de CiU'.

Tres crisis en un año

La actual es la quinta reestructuración que Jordi Pujol acomete en lo que va de legislatura, y la tercera del año. En evidente desafío a las leyes de la prudencia, que aconsejan no remover asuntos en épocas frágiles de mudanzas o de jubilación, el presidente de la Generalitat parece dispuesto a batir su récord de reestructuraciones o crisis de Gobierno. Por vez primera en 21 años de gobierno, Pujol ha cambiado su Ejecutivo tres veces en un año (2001). La primera crisis de 2001 fue el 19 de enero, con el nombramiento del delfín, Artur Mas, como conseller en cap, mientras que Francesc Homs pasaba a ocupar el Departamento de Economía y Finanzas. Joaquim Triadú cesaba en sus funciones de consejero de Presidencia, una cartera que se diluía entre los nuevos poderes de Mas. El 5 de febrero de este año se produjo la segunda, con la sustitución de Josep Antoni Duran Lleida -al frente de Gobernación y Relaciones Institucionales- por Núria de Gispert, que dejaba Justicia, cartera que pasó a ocupar Josep Delfí Guàrdia. En 2000, la primera crisis fue por la sustitución de Xavier Trias por Joaquim Triadú -en febrero- al frente de Presidencia, y la segunda en abril por la creación de la cartera de Universidades e Investigación, de la que pasó a encargarse Andreu Mas- Colell. Sólo en la legislatura 1992-1995, Pujol se atrevió con cinco crisis, pero entonces la jubilación estaba lejos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_