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Sensaciones contradictorias entre los ministros

Luis R. Aizpeolea

Una inmensa mayoría de los integrantes del Gobierno tiene sensaciones contradictorias sobre la ratificación que el domingo hizo José María Aznar de no volver a presentarse como candidato a la presidencia del Gobierno.

Por un lado, la mayoría de los ministros está convencida de que Aznar no cambiará su decisión. Por otro, les gustaría que cambiara y volviera a presentarse. De este amplísimo estado de opinión se hicieron eco público, ayer los ministros Pío Cabanillas, portavoz; Juan José Lucas (Presidencia), y Jesús Posada (Administraciones Públicas).

La sensación predominante ante lo que creen 'voluntad decidida' de Aznar de no volver a presentarse es de 'auténtico vértigo', según un portavoz de La Moncloa. 'Es una decisión inédita en la democracia española que un presidente en ejercicio no vuelva a presentarse como candidato', añade, tras admitir que esta nueva situación abre auténticos interrogantes, pues tiene 'buenas dosis de experimento'.

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La sensación de realizar un experimento 'sin necesidad' es la que contraría a la inmensa mayoría de ministros y altos cargos consultados ayer por este periódico.

'Si Aznar vuelve a presentarse, con la oposición en la situación en que está, pendiente aún de definirse ante muchas cuestiones, podríamos revalidar la mayoría absoluta', coinciden muchos de los consultados.

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La otra cara de la moneda es la delicada situación, tras el caso Gescartera, la estafa de 15.578 millones de pesetas de una agencia de valores a 1.383 clientes, por la que atraviesa el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, al que muchos daban como seguro sucesor. No obstante, los ministros consultados tienden a aminorar este factor. 'Aún quedan dos años para decidir el candidato y en ese tiempo pueden pasar muchas cosas', cuentan, con la secreta esperanza de que el tiempo difumine las presuntas responsabilidades políticas de Rato o permita lanzar nuevos candidatos que no tienen que ser necesariamente los mejor situados en este momento, como Jaime Mayor o Mariano Rajoy.

No hay coincidencia sobre el proceso a seguir para la elección del candidato. Algunos se inclinan por esperar a que el propio Aznar proponga a la Junta Directiva Nacional del PP a su sucesor, dentro de dos años, en vísperas de las elecciones de 2004. Otros defienden mecanismos distintos.

Donde hay coincidencia tanto en La Moncloa como en los ministerios es en señalar que la posición del titular de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos, de proponer que el Congreso del PP se defina por la presentación de Aznar, es una propuesta que hace a título personal. 'Detrás no hay ningún plan preestablecido entre ministros o algunos dirigentes del partido para forzar la presentación de Aznar. Cascos puede permitirse decir lo que dijo. Es amigo de Aznar y tiene una relación muy peculiar con él. Han trabajado muchos años juntos'.

En todo caso, la interrogante sobre la sucesión ya ha abierto una primera polémica que, sin duda, no será ni mucho menos la última, como temen los consultados.

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