"La imagen conflictiva que se da de mí no es real"

Txetxu Rojo (Bilbao, 1947), el entrenador del Zaragoza, no tiene precisamente la imagen de un niño bueno. Sus conflictos puntuales con los periodistas, los árbitros y algunos sectores del público contrastan con su carácter personal, educado, tímido, de hablar en voz baja... Aunque un tanto rehabilitado en la Liga tras la victoria en Sevilla sobre el Betis, la situación de su equipo, eliminado de la Copa de la UEFA por el Servette, suizo, y de la del Rey por el Logroñés, un segunda b, le ha colocado en el filo de la navaja.

Pregunta. ¿Se está creando usted, o está colaborando en ello, una imagen pública conflictiva?

Respuesta. Estoy preocupado porque no responde a la realidad, aunque lo más importante es la gente que me conoce. Las imágenes que han salido no están en consonancia con lo que ha pasado. Yo he tenido algunas palabras con la gente, pero no he faltado al respeto a nadie. Creo que soy una persona respetuosa con todo el mundo. Si alguna vez te preguntan de una manera, contestas de la misma forma.

P. Ya le llamaban Polvorilla en su época de jugador del Athletic.

R. No. Eso quiero aclararlo. No tiene nada que ver. Eso fue en una reunión de jugadores. A mí me gustaba escuchar y había estado tres años escuchando y hablando muy poco. Un día que estaban hablando pregunté: '¿Puedo hablar?'. Hablé durante dos minutos diciendo lo que pensaba. Entonces, Zorriqueta, que era amigo mío y lo sigue siendo, dijo: 'Jo, Txetxu, me has dejado helado. Siempre has estado callado y ahora has saltado como la pólvora'. Fue una cosa normal que luego se deteriora en la transmisión hasta ese punto.

P. La impresión de usted que puede tener la gente que sólo le conoce a través de los medios de comunicación es la de una persona volcánica, una imagen que contrasta con la de fuera del trabajo: educado, tímido...

R. Yo soy así. Me gusta la seriedad y también me gustan las bromas. Tengo que tener respeto a todos, pero también tienen que tenerlo hacia mí y hay veces que no es así. Hasta la familia me dice algunas veces: 'Qué serio sales en la televisión'. Pues... sí. No es que quiera cambiar y hacerme ahora el salado, porque no soy salado.

P. La palabra más repetida en Zaragoza hasta el domingo pasado era la de crisis.

R. No, no. Es una palabra que nunca hemos usado. Igual ha salido también cuando nos eliminaron de la Copa, aunque estábamos arriba en la Liga. ¿Y qué vas a hacer? Ni los jugadores lo dicen

P. Da la impresión de que en Zaragoza hay mucha exigencia.

R. Eso es de siempre, no de ahora. Es bueno tener exigencias. A mí me gusta también exigir al ciento por ciento, a mí mismo y a los demás. Pero no es exigencia la palabra exacta; no conmigo, sino esté quien esté. De los equipos modestos igual el mejor palmarés lo tiene el Zaragoza.

P. ¿No le da envidia esa disposición de medios que tiene el Real Madrid?

R. Envidia no es la palabra. Lo importante es donde estés y hacer las cosas bien. Yo estoy contento donde estoy y, sin embargo, sé lo que es el Madrid, pero eso no me causa ni envidia sana. Me gustan los buenos futbolistas y el Madrid los tiene, pero también otros equipos los tienen.

P. Y resulta que Zidane no funciona del todo.

R. Fíjate, un jugadorazo. Antes lo veíamos en el España- Francia y nos encantaba. Y ahora... Son algunas de esas cosas del fútbol que no compartimos. Pero qué le vas a hacer...

P. Parece que le puede la pasión.

R. La pasión me sale, aunque respeto a todo el mundo. También se habla de mis protestas a los árbitros.. Siempre he gesticulado muchísimo, pero desde chaval. Pero tengo un gran respeto por todos. Que gesticules o que hables no es lo mismo Ya sé que gesticular hace mal efecto, pero igual hay otro que no levanta los brazos, pero dice cosas que... Todo es fútbol. A mí me gustaría caer bien a todo el mundo y seguro que, si me conociesen, habría pocos a los que les cayera mal.