Una nueva forma de construir Cataluña
Jordi Pujol ha escrito una página importante de la historia de este país durante las dos décadas que ha gobernado. Su obra de gobierno -con aciertos y errores- está aquí y negarla sería una estupidez. Pero su tiempo ha pasado. Después de más de 20 años de gobierno, Cataluña necesita un cambio. Y no sólo un cambio de caras (Mas por Pujol), sino un cambio de concepción, de actitud, de proyecto vital. La Cataluña del siglo XXI debe construirse desde la dimensión cívica y desde la profunda reivindicación del espacio público que representan las instituciones de la democracia. Esta Cataluña está muy alejada de la que ha representado el Gobierno de Pujol durante estos años y también de lo que hoy representa CiU con Artur Mas como conseller en cap y candidato a la presidencia de la Generalitat. Cuando Maragall presentó su alternativa de gobierno el pasado 17 de octubre en el Parlament, estaba de hecho reivindicando esta nueva concepción de país, una nueva manera de entender y ejercer el poder basada en cambiar actitudes prepotentes e impositivas por diálogo y participación; opacidad y ostracismo por transparencia y apertura a la sociedad; hipotecas políticas, sociales y económicas por ideales; agotamiento y desilusión por ambición e ilusión para Cataluña.