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La nueva líder comunista quiere sacar al partido de su declive en Francia

El dirigente histórico Hue pasa a un segundo plano como presidente del PCF

Cuerpo menudo, ojos azul acero: bajo su suave apariencia, la camarada Marie-George Buffet esconde una fría determinación. Las batallas en pro de la penalización del dopaje dieron a conocer a quien simplemente era militante del Partido Comunista Francés (PCF) y diputada antes de que Lionel Jospin la convirtiera en ministra de Juventud y Deportes en 1997. Este fin de semana fue elegida secretaria nacional de los comunistas franceses.

Sus compañeros han elegido a esta mujer tras un arreglo que le obligará a formar un tándem bicéfalo con su antecesor, Robert Hue, proclamado presidente del partido y ratificado como candidato a la presidencia de la República. No es fácil precisar el proyecto que sale del congreso celebrado en La Défense, al oeste de París. Sólo el mensaje renovador representado por la paridad en la dirección y encarnado por un liderazgo femenino.

Si Michèle Alliot-Marie fue elegida para presidir a los neogaullistas cuando perdieron las elecciones y si Dominique Voynet se ha convertido en el árbitro de las peleas de Los Verdes, el PCF ha querido seguir la estela: una mujer como salvadora de la crisis se ha convertido en la regla de oro de la política francesa.

A sus 52 años, Buffet es la primera mujer que ocupa la secretaría nacional, pero también el 31º congreso era el primero del PCF con un 46% de mujeres delegadas. Casada y madre de dos hijos, su paso por el Gobierno ha implicado un minucioso escrutinio de conductas antideportivas en el Tour y la promoción de una Ley del Deporte. Si su determinación le ha llevado a la cúpula, el coraje no siempre le ha bastado para salir con bien de las batallas. Esto fue lo que le ocurrió el pasado día 6. Contra los que exhortaban a aplazar el primer encuentro en la historia entre las selecciones de fútbol de Francia y Argelia, Buffet mantuvo la necesidad política de celebrarlo. El intento se saldó con una monumental pitada a La Marsellesa, la invasión del campo y la suspensión del partido.

Buffet aseguró ayer estar 'en perfecta sintonía' con su antecesor, Robert Hue, condenado a no hacer el ridículo en las próximas elecciones presidenciales. Buffet ya le ha fijado el objetivo a alcanzar: 'Alrededor de un 15%-16%'.

Puede ser un modo de alentar la esperanza, pero un ex consejero de la ministra ha soplado al diario Libération que ella 'en realidad detesta a Robert Hue'. Ministra modesta y militante modelo la llaman sus partidarios, frente a otros afiliados que la consideran una 'apparatchik'.

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Pero casi todos están de acuerdo en que la camarada Buffet es una estajanovista capaz de trabajar en su ministerio desde las 7.30 sin dejar de echar un ojo al partido. Ha sido elegida capitana de un equipo que obtuvo ayer el 86,1% de los votos del congreso. Y la gran mayoría de los 858 delegados intentaron convencerse a sí mismos, con sus ovaciones y el canto de La Internacional, de que esta mujer es capaz de hacer lo que dijo: 'Escribir una nueva página del comunismo', 'ganar nuevas audiencias', 'llevar la esperanza y los valores de una verdadera política de izquierda'.

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